Por: Hugo Supo
La auto calificación que se hiciera el
presidente regional, Mauricio Rodríguez, como la mejor de todas las
gestiones regionales en Puno es debatible. Ni son las mismas
condiciones ni sus resultados son óptimos para darle credibilidad.
Vayamos a las cifras. Cuando David
Jiménez iniciaba su gestión en el 2003 el presupuesto para
proyectos apenas alcanzaba los 60 millones de soles, al término de
la misma se registraba un PIM de 83 millones de soles. Nada comparado
a los más de 370 millones que en su pico más alto administró la
gestión Rodríguez.
Si valiera comparación alguna, tendría
que ser con el trabajo de Hernán Fuentes. Este presidente administró
más de 330 millones de soles para proyectos regionales en el 2010,
cifra que, obviamente, obligaba a demostrar en obras concluidas los
logros que acostumbran alabarse. Fuentes se irroga de haber
emprendido varios proyectos carreteros, la memoria popular lo
identifica con las vías Huancané-Moho, Huancané-Putina,
Yunguyo-Copani y similares. Es cierto que los actos de corrupción e
improvisación acompañaron a estas obras, pero el izquierdista
seguirá sacando pecho por esos proyectos.
¿Qué podría decir sobre lo mismo el
señor Rodríguez? Habla del proyecto SABA, que se supone cambió el
modo de vida de los pobladores rurales, ¿pero qué más? Por más
esfuerzos que se hagan y por más viajes que implore el presidente a
los periodistas, no es mucho lo que podemos encontrar con sello de
este gobierno.
Según el MEF, la gestión “honesta y
productiva” empezó con un presupuesto superior a los 360 millones
de soles. La ventaja para los integrantes del proyecto político AQUI
fue grande en comparación a sus antecesores, incluso Fuentes inició
con menos plata.
En el 2013, el presidente Rodríguez
tuvo un PIM superior a los 370 millones, en el 2014 la cifra apenas
supera los 300 millones, ¿capacidad de gestión? Los números no son
alentadores para este gobierno regional. Lo mejor sería no
compararse porque termina perdiendo. (Publicado en Correo Puno
29/12/14)