Por: Hugo Supo
De cuando en cuando y quizá sin
quererlo algunos limeños se conchaban para ofender a Puno. Y es que
para el capitalino ignorante no hay cosa más fácil que ligar al
altiplano con lo malo y feo de la realidad peruana.
Por ejemplo, en su columna de ayer, el
periodista Beto Ortíz defendió de los, siempre indignados,
moralistas al ahora vapuleado Álamo Pérez Luna que confesó su
alcoholismo; la verdad ese asunto es de ellos y nos interesa un
comino.
Lo malo es que Ortíz ha utilizado a
Puno para graficar lo que está pasando con su coleguita: “...Ahora
que lleva cinco días seguidos siendo sometido a otro de esos
linchamientos a los que nos tienen acostumbrados en ese inhóspito
Puno virtual, en ese Ilave cibernético llamado Twitter, lo que a uno
le provoca es desentonar, hablar bien de él nomás por joder, por
dar la contra”, ha anotado en cierta parte.
Bonita palabrería, pero claro, sin
roche nomás, nos ha dicho que Puno es sinónimo de salvajismo,
tierra de nadie y donde la vida es imposible de imaginarla. Así ha
quedado escrito, impreso, posteado y tuiteado. ¿Es este el mismo que
reclama un Perú incluyente para sus parecidos homosexuales?
Pamplinas.
Otros que se han empeñado en sugerir a
esta región como la capital de lo bruto, sucio y feo son los
productores de ese programa llamado “Paisana Jacinta” de
Frecuencia Latina (FL).
Estas criaturas, que seguramente jamás
han salido de su Lima querida y gris, no han tenido mejor creatividad
que nombrar a su marginal personaje como “Miss Puno” y luego
“Miss Perú”, como si la belleza de la mujer puneña no pudiera
presentarse de manera distinta. Jajaja, ¡qué gracioso!, ¡qué
chiste!, ¡qué imaginación!
En fin, tras esos burdos prejuicios
sobre esta tierra ¿podríamos pedirle peras al olmo?, pueda que sí,
debemos reclamar. Ortiz, FL o quienes quiera que sean deben también,
por puro pluralismo, resaltar lo bueno de Puno en adelante. Están en
deuda, superen su miopía caballeros. (Publicado en Correo Puno
13/01/14)