Por: Hugo Supo
El primer y segundo día de gobierno
del profesor Oswaldo Marín Quiro como alcalde de Juliaca fueron
iconográficos. El hombre salió entusiasmado a las calles, escoba en
mano, a recoger los desechos acumulados en distintos puntos. Posó
para la foto y la portátil respondió con aplausos.
En ese momento, el novísimo
burgomaestre calcetero estaba enviando un mensaje al ciudadano: no
solo se comprometía a gobernar con sencillez y con el ejemplo, sino
que los servicios básicos –siempre tan postergados- serían
prioridad para él.
Estamos a poco más se seis meses de
gestión y esas imágenes nos resultan paradójicas a quienes a
diario tenemos que convivir con el desorden y la improvisación
municipal en la Ciudad de los Vientos.
¿Alguien ha visto al alcalde en estos
días con escoba en mano? Pues no, las agallas y poses egocéntricas
se acabaron. Justo ahora cuando más lo necesitamos.
No es broma cuando se comenta entre la
gente que Juliaca no tiene alcalde, si uno se ensucia los zapatos por
un par de horas comprobará que realmente parece ser así. Si la
municipalidad no puede con los servicios básicos, esa instancia de
gobierno realmente está sobrando.
Pero el problema de fondo seguimos
siendo las personas, en los corrillos municipales se comenta que el
propio alcalde ha perdido autoridad. Y claro, cómo tendría
autoridad alguien que ni siquiera está gobernando su vida privada.
Amables lectores, este cronista no
quiere animarlos a asuntos como la revocatoria, huelgas
desestabilizadoras, vacancias o salidas por el estilo. No podemos
llorar sobre la leche derramada, pero si ayudar a enmendar el camino.
Empezando de un mea culpa de Oswaldo
Marín; es ahora o nunca, todos los líderes sociales, políticos,
empresarios, periodistas y todo aquel que se considere juliaqueño
debemos propiciar un pacto social que ayude a sacar a flote este
gobierno, esta gestión y, por ende, nuestra ciudad. (Correo Puno
Juliaca 16/ 07/15 Foto: Internet)