Por: Hugo Supo
Vamos remitirnos
a las cifras dadas por el Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo en 2019 (previo a la Covid-19) para graficar la realidad y
postular por dónde debería de ir la reactivación económica de la
región Puno.
Del millón 100 mil habitantes
censados, un millón 33 mil 755 se encuentran en el grupo de
Población en Edad de Trabajar (PET), esto es de 14 años en
adelante, aunque no necesariamente son parte de la Población
Económicamente Activa (PEA).
La PEA regional es 799 mil 367, pero
la cifra de personas que estaban ocupadas en alguna actividad
económica es mucho menos, esta llega a 775 mil 53, dejando el preocupante número de 258 mil 702 puneños que se encontraban sin
chamba.
Aquí debe ser de especial interés analizar la PEA de la
región Puno, puesto que de los 775 mil 53 que han tenido alguna
posibilidad de trabajar, solamente 258 mil 393 tenían empleo digno,
esto es apenas el 32,3%.
El mayoritario 64,6% de puneños, es
decir 516 mil 660 estaban en condición de subempleados, por tanto
vulnerables en todo sentido.
O sea, que ni siquiera la cuarta
parte de la población regional accedía a un trabajo digno, y si a
esto le sumamos la crisis económica que estamos empezando a vivir,
es una catástrofe.
Para ponerlo fácil, la vulnerabilidad laboral
alcanzaba a 775 mil 362 puneños en edad de trabajar (incluyendo a la
población inactiva) antes de la pandemia e indudablemente crecerá a
niveles desesperantes.
¿Dónde generar trabajo digno? Hay que
tener en cuenta que más del 50% de la PEA se desempeña en la rama
extractiva (44.2%) y servicios (25.3%).
¿De qué se trata?, de agricultura,
ganadería, silvicultura, pesca y minería en el primer caso; y
servicios comunitarios, sociales, recreativos; restaurantes y
hoteles; transporte, almacenamiento y comunicaciones; en el segundo
caso. Esta es la verdad de la milanesa. (Correo Puno Juliaca
04/06/2020 Foto: Difusión)