Por: Hugo Supo
El pasado 25 de mayo fue la fecha
límite para cumplir las elecciones internas en los grupos políticos
que se aprestan a participar en los comicios fijados para el 7 de
octubre de este año. Cumplido ese plazo, se supone que los
personeros legales ya están en condiciones de inscribir sus listas
en el Jurado Electoral Especial (JEE) de su jurisdicción.
Sin embargo, esto no ocurre porque la
democracia interna de los partidos y movimientos políticos es
protocolar, se levantan actas de elecciones internas para cumplir con
el requisito legal, no así para el mejor funcionamiento de la
democracia nacional.
Por esa razón, la mayor parte de los
grupos políticos esperarán hasta el último minuto del 19 de junio
(fecha límite para inscribir candidatos) para divulgar sus cuadros
políticos.
Y en estos días buscan
desesperadamente completar sus listas, faltan consejeros regionales,
regidores y hasta vicegobernadores.
¿Sirven de algo, entonces, las
elecciones internas? En las condiciones actuales no, porque carece de
supervisión y hasta la participación de la ONPE está sujeta a la
voluntad de los caudillos políticos.
Esta semana, el presidente del JEE
Puno, Edwin Sarmiento, adelantó que su labor se limitará a
verificar la autenticidad de las actas de elecciones internas al
momento de la inscripción. Lo que ha pasado antes, parece no
importarle a los representantes del sistema electoral peruano.
Incluso la misma Ley de Partidos
Políticos (artículo 24) permite saltar con garrocha las elecciones
internas: “Hasta una quinta parte del número total de candidatos
puede ser designada directamente por el órgano del partido que
disponga el Estatuto”, dice la norma.
Se añade que la fiscalización es un
cero a la izquierda en estos temas, de manera que el proceso previo a
la inscripción oficial es una burla al electorado y es necesario
reformarlo para que el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE asuman
mayor potestad. (Correo Puno Juliaca 7/06/18 Foto: Difusión)