jueves, mayo 16, 2019

Dicen y desdicen


Por: Hugo Supo

Demasiado pronto para que el gobernador de Puno, Walter Aduviri Calisaya, haya perdido tanta credibilidad ante la ciudadanía. No ha pasado ni medio año y la población ya no está dispuesta a creerle.
Se nos dijo “cero corrupción” e inmediatamente se filtraron audios y documentos con indicios de manejos irregulares en licitaciones y contrataciones de personal.
Se nos dijo que había un equipo técnico que garantizaba el desarrollo del Plan de Gobierno, pero luego se reveló que eso es de fantasía. Lo que existe, son apenas bachilleres y novatos que incluso fueron observados por la Contraloría General de la República.
Se nos dijo que el gobernador tenía experiencia en gestión pública, pero resulta ni idea tiene sobre “delegar funciones”. En este tiempo, la propaganizada experiencia la ha volcado para simularse capataz, haciendo inspecciones madrugadoras y noctámbulas.
Y todos estos aspectos nacen de la misma boca del líder aimara, nadie le ha obligado a causar esas expectativas.
Sin embargo, no solamente se ha tratado de la boca del gobernador regional puneño, mucho tienen que ver también los técnicos que lo asesoran.
Hace pocos días, un acelerado Walter Aduviri anunció la nulidad del contrato para la construcción de la carretera San Juan de Salinas – Chupa (Azágaro). ¿Basado en qué? En una simple opinión legal. Por ahora, su anunciada nulidad no va.
Y ahora resulta que el gobernador fue engañado sobre la calidad de las columnas del estadio Guillermo Briceño Rosamedina. El estudio con el que rechazó instalar el sistema de iluminación es un fiasco. Las columnas están bien según el ingeniero Rubén Tamayo.
Esto resquebraja la relación política con la ciudad de Juliaca. Y Juliaca no suele perdonar a quienes le fallan. Tiempos difíciles son los que vienen. (Correo Puno Juliaca 16/05/19 Foto: Difusión)