jueves, octubre 19, 2017

La pregunta 25 del Censo 2017

Por: Hugo Supo

El domingo 22 de octubre se realizarán los XII Censos Nacionales de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas. La medición es trascendente porque será la base para determinar políticas públicas de los siguientes gobiernos.
Hemos visto que una de las preguntas que más inquieta al ciudadano es el referido a la autoidentificación étnica, interrogante que nos lleva a detenernos y reflexionar sobre nuestros orígenes, costumbres e identidad cultural.
Se trata de la pregunta 25 de la quinta sección del cuestionario: "Por sus costumbres y sus antepasados. Usted se siente o considera: 1. Quechua, 2. Aimara, 3. Nativo o indígena de la Amazonía, 4. Perteneciente o parte de otro pueblo indígena originario, 5. Negro, moreno, zambo, mulato/ pueblo afroperuano o afrodescendiente, 6. Blanco, 7. Mestizo, 8. Otro".
La interrogante ha producido un interesante ejercicio de reflexividad; pues quizás nunca antes hemos pensado en nuestros orígenes más allá de los colores de piel.
El Ministerio de Cultura ya aclaró que no tiene que ver por cómo te ves o cómo te ven otros. “Tampoco sobre los rasgos físicos o fenotípicos de ningún tipo. Entendamos costumbres como fiestas o tradiciones y antepasados como nuestra familia, dónde nacieron nuestros padres, abuelos. Debemos pensar qué es lo que queremos resaltar este domingo 22 para sentirnos orgullosos de que somos un país diverso”.
Y la verdad es que en este Perú, pocos deben sentirse culturalmente puros. Ha corrido tanta agua por nuestros pueblos que a muchos nos resulta difícil encontrar una sola raíz o el tronco mayor de nuestro árbol genealógico.
Lo importante es que visibilizar la diversidad cultural de nuestro país, por eso es importante responder sin ataduras sobre nuestros orígenes. En general, este es un país andino, pluricultural y merece construirse así. (Correo Puno Juliaca 19/10/17 Foto: Difusión)


miércoles, octubre 11, 2017

El 12 de octubre y su significado

Por: Hugo Supo

Las dirigencias originarias han anunciado la tradicional movilización del 12 de octubre en Puno y otras localidades del país. 
En tal fecha se rememora la llegada de Occidente al Abya Yala (América), con las diversas connotaciones que tiene este día (invasión, choque cultural, encuentro de dos mundos, etcétera).
Desde 1992 en el que se cumplió cinco siglos de la llegada de Cristobal Colón a las costas americanas, el estribillo “resistencia” es constante en este tipo de actividades reivindicativas.
No obstante, en estas dos últimas décadas se han visibilizado transformaciones profundas de las sociedades andinas como la peruana.
El fenómeno de la migración tiene tintes particulares en el Perú. Hay muy poco de resistencia hoy en día, puesto que de ella se ha pasado a una etapa diferente a lo largo de los años: a la expansión.
Es verdad que las sociedades andinas han tenido que resistir mucho tiempo frente a la avasalladora cultura occidental.
La Conquista y Colonia tenían por objetivo aniquilar a la población local en nombre del crecimiento industrial del Viejo Continente.
La resistencia ha ocurrido (y por mucho tiempo) en nuestros territorios, en comunidades campesinas, estancias y ayllus; hasta producirse las crisis que han obligado la salida del campesino indígena a poblaciones urbanas modernas.
De 1940 en adelante se ha vivido un desborde particular de los pobladores originarios, todos ellos han empezado una gran marcha a los valles costeros del Pacífico, invadiendo las periferias urbanas en la procura de mejores oportunidades para sus familias.
La invasión (que no es otra cosa que un desborde) ha roto paradigmas, poniendo en jaque al Estado oficial. Los más sensatos estudiosos de este fenómeno admiten que este periodo no podría ser considerado como una simple resistencia.
Y hay quien dice que se han roto mayores barreras. Sería bueno que las dirigencias originarias del pueblo andino lo tengan en cuenta. (Correo Puno Juliaca 12/10/17 Foto: Difusión)