miércoles, abril 19, 2017

El conflicto Puno - Moquegua

Por: Hugo Supo

Siempre es necesario poner una información en contexto para formarse una opinión de la misma, los hechos por si solos son como islas, si nos empeñamos en mirarlas muy cerca no podríamos apreciar la inmensidad del océano, por eso debemos alzar los ojos al horizonte.
En el caso del conflicto de límites entre Puno y Moquegua, es de larga data, empieza luego de abortarse la región José Carlos Mariátegui (Puno-Moquegua-Tacna) con el fracasado proceso de regionalización de inspiración aprista.
Sin embargo, algunos ávidos de figuretismo local (funcionarios, autoridades y demás aparecidos) sostienen que el conflicto empieza a lo mucho en 2008, con las protestas que los aimaras del distrito de Ácora realizaron por asuntos de tierra y territorio.
Ni siquiera esto último es verdad, porque la agenda territorial encendió en realidad en los albores del nuevo siglo, con un grupito de dirigentes que solitos osaron reclamar la demarcación para aprovechar recursos de agua y minería.
Otra cosa es que el asunto se puso serio en 2009, cuando a raíz de protestas aimaras, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) instaló una mesa de diálogo para determinar los límites interdepartamentales.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces, idas y venidas, argumentos y contraargumentos, marchas y contramarchas; hasta que este gobierno ha tenido que pronunciarse al menos sobre lo avanzado en los tramos I y II.
Algunos asuntos deben quedar claros a partir de esta experiencia: 1) El reclamo puneño estaba sustentado y era legítimo, como es también para el caso del tramo III. 2) Necesitamos un trabajo de unidad regional para los tiempos venideros. 3) La atención a zonas limítrofes es urgente desde los gobiernos subanacionales, y 4) Requerimos definir el tramo III y luego avanzar a un nuevo proceso de integración sur en el Perú. (Correo Puno Juliaca 19/04/17 Foto: Difusión)