Por: Hugo Supo
La protesta a favor de los agricultores
del Valle del Tambo (Arequipa) se ha sentido en Puno más que en
otros departamentos del sur peruano ¿porque?, una razón debe ser
que la población ha ido fluyendo en las últimas décadas de este
lado para allá.
Pero es bueno hacer notar que no
tenemos registro de alguna gesta puneña que Arequipa haya apoyado,
al menos no en este nuevo siglo, aunque cuando se escuchan voces de
socorro en la vecina región la respuesta no se deja esperar en estos
lares.
Vamos a poner de ejemplo el último
proyecto que Puno intentó reivindicar en el 2014, cuando reclamó la
definición de construir los ramales regionales del Gasoducto Sur
Peruano (GSP). En Puno la paralización fue parcial, Arequipa por su
lado se puso de costado y dejó que el agua corriera bajo el puente.
¿Es justa y equitativa la solidaridad
de ambos lados?, ¿podría servir como elemento integrador si
pensamos en una futura macro región? Parece que no.
No obstante, quizás no tendría que
haber una solidaridad equitativa necesariamente, en realidad los
territorios arequipeños han sido poblados por paisanos desde hace
décadas, ergo, es lógico que el factor solidaridad y otros
(culturales, económicos, sociales o políticos) vayan bajando desde
los Andes hacia ese lado.
Por ahí va la explicación del por qué
la movilización de 48 horas que finaliza hoy encienda en tierras
puneñas más que en otros sitios, “una gran parte de allá son los
nuestros finalmente”, decía un huelguista ayer en medio de su
piquete en Alto Puno.
Muy altruistas hasta aquí, empero,
nuestros dirigentes vuelven a cometer el mismo error, el de desgastar
las ansias de protesta en la región Puno con una agenda invisible y
confusa que nos heredará perjuicios más que beneficios.
¿Alguien en Puno podría decir qué
estamos ganando con esta paralización? (Correo Puno 28/05/15 Foto: Correo)