miércoles, julio 12, 2017

El Aimarazo en la historia

Por: Hugo Supo

Hagamos un repaso de los movimientos sociales más trascendentes nacidos post-República en el Altiplano. Porque -hay que decirlo claro- la fundación republicana poco ha contribuido a construir un Estado-Nación inclusivo y el ánimo independentista del indio no ha cesado desde entonces.
A finales del siglo XIX, el liberal puneño Juan Bustamante Dueñas (Vilque, 24 de junio de 1808-Pusi, 3 de enero de 1869) acaudilló en la masa indígena en demanda de justicia social; la historia registra una rebelión de campesinos en Puno, entre 1867 y 1868. Ya derrotado, fue ejecutado en el distrito de Pusi (Huancané).
Otro hito es la gesta de Teodomiro Gutiérrez Cuevas (1864-?), apodado Rumi Maqui (’mano de piedra’), quien fue un militar peruano. Comprometido con la reivindicación indígena, en 1915 encabezó una rebelión campesina en el Altiplano. 
El acto fue reprimido con severidad por las tropas gubernamentales y bajo el auspicio de los terratenientes locales. El final de Rumi Maqui es incierto.
Después, en 1923 ocurrió la rebelión de Wancho Lima (Huancané), un pasaje que todavía tiene un lugar injusto y reducido en la historia del indigenismo.
Pero Wancho Lima es quizás el mensaje mejor logrado por los campesinos puneños a la hora de cuestionar a la República.
No fue una rebelión para destruir, sino para construir un estado paralelo a la miope Lima. De allí la fundación de la República Aimara Tahuantinsuyana del Perú con su presidente Carlos Condorena Yujra, que en resumidas cuentas fue creación de mercado y oportunidades mediante educación para los desposeídos.
Y en esa misma mirada histórica, el Aimarazo de 2011 es uno de los avances más importantes de la contemporaniedad para el campesino y sus hijos. 
La sentencia adelantada la semana pasada así lo indica. Habrá sido condenado Walter Aduviri, pero el colectivo aimara ha logrado mucho en reconocimiento de derechos. (Correo Puno Juliaca 13/07/17 Foto: Difusión)