miércoles, noviembre 30, 2011

De incapacidades

Por: Hugo Supo

La mediocridad es causada por la ignorancia, es decir la falta de conocimiento y la insensatez de quien la protagoniza. Hay que admitir que todos somos ignorantes en algunas áreas de nuestras vidas, lo cual es demostrado por el cómo actuamos. La forma más rápida de reconocerla, es cuando una persona afirma no sentirse “ignorante” o que no necesita continuar su aprendizaje.

Este es un discurso harto conocido durante las campañas electorales, cuando los “políticos” juran tener todas las capacidades y estar encima de sus competidores, pero sobre todo aseguran que cuando sean gobierno harán la diferencia. Algo que por supuesto es una mentira.

Para nuestro lamentar, muchos han llegado a ser autoridades o cumplir función pública, en ocasiones con un saldo lamentable para los pueblos que los han elegido; todo a causa de esa mediocridad que enceguece y hace tomar decisiones inadecuadas.

Ahora que hemos revisado cómo andan los niveles de ejecución presupuestal en el Gobierno Regional, municipios y dependencias del Gobierno Central, sus responsables han soltado las excusas más tontas y risibles para justificar sus incompetencias.

Algo en lo que debemos detenernos es por ejemplo la expresión: “recién estamos aprendiendo”, que es lo que dicen alcaldes, gerentes, regidores, consejeros, presidentes, etcétera, para referirse al año que termina, como si nosotros –los ciudadanos- tendríamos que pagar con nuestros impuestos para que los inútiles practiquen con el futuro de todos.

Es simplemente inadmisible que los que tanto vociferaban “capacidades” ahora nos digan que “recién están aprendiendo”, me resisto a creer que una sociedad civilizada pueda tener gente así en los gobiernos, no deberíamos tenerlos.

Es por eso que discrepo con esos adiestramientitos que hace algunos meses han sido auspiciados por una ONG para los consejeros regionales, pues se supone que los políticos postulan con previo conocimiento de la realidad y aunque sea deben tener sentido común para cumplir sus funciones, nada más se les pide.

Las quejas y justificaciones que nos dan ahora son producto de la mediocridad, que por otro lado, creo que lo tenemos bien merecido, ya que como sociedad tampoco es que seamos digna de elogios. Es más, no nos hagamos de la vista gorda, nos encanta que nos mientan y roben en cada elección.

Somos un pueblo que se acuerda que tiene obligaciones cívicas cada cuatro o cinco años, desinteresada, que se indigna solo cuando nos cortan el agua o la luz, y que se ha acogido a la también mediocre expresión “que robe, pero que trabaje”.

Pero bien, regresando al tema de gastos, así como hay buenos ejecutores, hay otro tanto que da vergüenza ¿qué vamos a hacer con estas autoridades?, ¿revocarlas? No sería la solución, nada nos garantiza una mejor elección en estas condiciones. Mejor opinemos, vigilemos, demos sugerencias y participemos. (Publicado en Correo 30/11/2011)