domingo, octubre 10, 2010

Mirando la segunda vuelta en Puno

Por: Hugo Supo

Las siguientes serán semanas complicadas para la prensa de la región Puno, la campaña de segunda vuelta es un verdadero reto para los que tomamos con pasión al periodismo, pues de nosotros dependerá en buena parte la decisión del electorado cuando nos veamos otra vez en las urnas -según sé- en unas cinco o seis semanas.

A diferencia de la primera vuelta, la que viene es una campaña que estará caracterizada por una polarización mediática notable entre los que apoyan a uno u otro candidato, en realidad una y otra opción. Las razones habremos que analizarlas con más precisión que el simplón argumento de que uno es de Puno y otro de Juliaca por ejemplo, como ya he notado que está empezando a hacerse.

Y es que a esta altura de la vida es imposible negar que la prensa se comporte de manera imparcial, el público lo sabe, nosotros también. Creo que es natural que un periodista ponga posición respecto a cualquier tema, mejor si es en tiempo de decisiones tan importantes como elegir a las nuevas autoridades; varios coinciden con mi punto de vista, aunque claro, siempre hay uno que otro que sigue creyendo en el trasnochado cliché de que el periodismo es “objetivo”.

Pero vamos, el abrir el debate periodístico de lo que nuestra tierra necesita de sus próximas autoridades no significa que empeñemos nuestra pluma al que mejor nos paga para hablar a favor de él y demoler al otro. Se hace más necesario que nunca poner temas agenda desde los medios de comunicación para que los candidatos de segunda vuelta desnuden sus verdaderos pensamientos respecto a esos ítems. Ahí es donde debemos realmente poner posición.

Un ejemplo es el nuevo rostro que Puno tiene ya desde hace algunas décadas y que muchos –intencional o no intencionalmente- no lo quieren admitir. Un rostro con mucho atractivo a la mega inversión por la ingente cantidad de recursos naturales no explotados que tenemos en la región y que algunos políticos acomodados han considerando enfrentarla haciendo que los ciudadanos de a pie salgan a hacer huelga.

Observando el renegado y superfluo discurso de la mayoría de candidatos en la campaña de primera vuelta –quienes dicen estar al lado del pueblo por simplemente oponerse a las inversiones privadas, pero no proponer alternativa alguna- saltan las preguntas de fondo: ¿qué hacemos con la mega inversión? ¿La aceptamos? ¿La rechazamos? ¿Seguimos convocando a huelgas? ¿Negociamos? ¿Estamos en capacidad de hacerlo? ¿Qué hacemos frente a la oleada de inversiones que ya tenemos encima en aspectos como el petróleo, uranio, oro, energía y recurso hídrico?

Hay quienes prefieren no hablar de estos asuntos, son incómodos en tiempos de campaña; hay quienes simplemente pretenden obviar estos debates aunque en el fondo saben que son temas que tendrán que enfrentar una vez llegado al gobierno, pero por ahora prefieren gritar a los cuatro vientos que están en contra de Plaza Vea, del Inambari, de los pozos petroleros, de las empresas mineras y hasta uno que otro despistado ha dicho que está en contra de la construcción del Gaseoducto Andino del Sur.

Recuerdo que a finales del 2009 el cuestionamiento al proyecto de la hidroeléctrica del Inambari se agudizó tanto que el tema pasó a ser “caballito de batalla” de personajes que hoy vemos en plena campaña electoral; es decir, las voces contrarias a un proyecto sin información clara y negociado sin representantes puneños ni comunidades afectadas, sumaron hasta el punto de hacer eco a propuestas tan irresponsables como provocar un segundo “baguazo” en la selva de Puno y ser útil así para lanzarse a la lid electoral.

En esos meses hasta el presidente regional Hernán Fuentes se acordó de que teníamos selva. Prometió entonces darle electricidad a las poblaciones que estaban en el área de afectación del proyecto, prometió gestionar la distritalización de Loromayo, prometió y prometió como era de esperarse.

Han pasado varios meses desde entonces, la semana anterior entrevisté a la alcaldesa de Carabaya (provincia afectada), la profesora Nancy Rosell me dijo con tono preocupante y burlesco: “recién en agosto pusieron la primera piedra de la electrificación, lo dejaron ahí, estamos esperando que pongan la segunda piedra”. Ha pasado un año desde las promesas, ¿y la población de la zona? Sigue en el olvido por supuesto.

He sido un periodista criticado por haber asistido a un taller de información sobre el Inambari y organizar otro sobre el mismo, luego de los cuales he ratificado mi posición inicial que sobre este proyecto falta demasiada información en los pobladores de los caseríos y centros poblados afectados con la posible inundación, información que está siendo ocultada por los que dicen saber más en la capital regional o tergiversada, seguramente para sus propios intereses.

Ahora, no por pensar así somos enemigo del pueblo – como han dicho algunos – creo más bien que somos de los pocos que están luchando contra aquellos que escudados con la supuesta defensa del pueblo pretenden sacarle un poco de provecho para sus objetivos particulares: los candidatos ganar votos, las ONGs tener más excusas para sus proyectos, los dirigentes para autoengañarse y decir que siguen teniendo bases, y un largo etcétera que excluye al realmente pueblo.

A los hechos me remito. Regresando a la entrevista con la alcaldesa de Carabaya, me preocupa que el Gobierno Regional que tanto se arañara por ser el defensor del pueblo de San Gabán (distrito afectado) se haya olvidado de la zona una vez más. Querría equivocarme, pero creo que así será hasta que se vea otra oportunidad de sacar votos por allá.

Nada raro sería ver en esta segunda vuelta a los dos candidatos visitar constantemente la selva puneña y prometer, para luego una vez en el gobierno, olvidarse de estas "pequeñeces" para recordarse nuevamente cuando algún conflicto social se asome y haya que otra vez “cosechar votos”.

Idéntico o similar es con los aspectos de uranio, oro, gas, petróleo o proyectos más cercanos como Plaza Vea en Juliaca. Son estos asuntos que hay que denunciar para con la inmadura clase política y la desnutrida sociedad civil opacada por las ONGs en Puno; para eso no requerimos que nos paguen, solamente un poco de olfato y visión.

¿Qué piensan nuestros candidatos a presidente regional sobre la mega inversión?, van a decir que están en contra mientras no se respeten los derechos de nuestros pueblos. ¿Y qué proponen mientras tanto?, nadie lo sabe.

Es allí donde deberíamos tomar posición, periodistas y ciudadanos; exigiéndoles un panorama claro, una propuesta coherente y realizable. Si van a oponerse a algo que nos pongan las alternativas, a no permitir el olvido de nuestros pueblos otra vez.