domingo, diciembre 22, 2013

La dimisión de "Vitocho"

Por: Hugo Supo

“Amig@s, fiel a mi trayectoria de servicio al país, mañana presento mi renuncia”, ha escrito el accionpopulista Víctor García Belaúnde en la red social Twitter, ayer domingo, confirmando de esta manera su salida de la comisión que investiga en el Parlamento Nacional el caso Oscar López Meneses.
Muchos de sus amigos, colegas políticos y periodistas se han mostrado piadosos en los comentarios que han seguido a la dimisión. No compartimos esa benevolencia, sobre todo si se trata de un tema tan delicado; por eso es necesario poner los puntos sobre las ies.
En un país en el que la opinión pública está marcada por la desconfianza generalizada, es imposible creerle a Vitocho -con su experiencia- que la reunión realizada con el presidente de la República, Ollanta Humala, y el ministro de justicia, Daniel Figallo, haya sido solamente para solicitar facilidades en el proceso de investigación.
Los signos de decencia que algunos resaltan en García Belaúnde caen en saco roto cuando él trata de justificar su cita con el primer mandatario confesando una opinión que incluso podría interpretarse como un adelanto de juicio: “El Presidente de la República no está acusado de nada”, sostuvo ratificando su falta de imparcialidad.
No nos tragamos el cuento de la supuesta candidez de este parlamentario cuando el cuestionamiento ciudadano hacia Humala por estar presuntamente involucrado con el favorecimiento de seguridad especial para el operador montesinista, López Meneses, es tan grande.
Mucho se ha dicho sobre los indicios de que alguien de palacio sería el encargado de tejer esa red con la mafia que cogobernó el Perú de los años noventa (rememoremos la renuncia del asesor presidencial Adrián Villafuerte a raíz de este escándalo).
Por eso no le creemos a Vitocho ni a Humala. No pueden salir con aquello del “error político”. En política no se cometen estos errores. Todo está vinculado. No hay puntada sin hilo. Y ojo que esto sucede con un congresista que ha sido elegido gracias al arrastre de Toledo, hoy socio flacuchento del humalismo, pero socio al fin.
La reunión secreta termina por complicar la credibilidad de este gobierno, pues ha preferido el oscurantismo antes que la transparencia para solucionar sus problemas. (Publicado en Correo Puno 23/12/13)