Por: Hugo Supo
Estoy infinitamente de acuerdo con la
mejora de los salarios para los maestros peruanos, porque hay de los
que valen la pena, he visto a muchos sacrificarse, viajar a lo
recóndito para encontrarse con sus pequeños, dejar de llevar un pan
a casa para regalarle cuadernos a los alumnos cuyos padres no tienen
posibilidad, estar incesantemente preparados para la siguiente sesión
de clases, leer para no desactulizarse. He visto que existen
verdaderos maestros, éstos no solo merecen mejores remuneraciones
sino el respeto y admiración de todos. Feliz Día a todos ellos.
No estoy de acuerdo en cambio, con que
el Estado tenga que cargar con el peso del resto, de los que también
hay -y en mayor cantidad a los primeros- esos personajes disfrazados
de profesores, los borrachos, ociosos y acostumbrados a la criollada,
de los que para ocultar su mediocridad recurren a desfasadas teorías
marxistas y que para proteger el circulo vicioso en el que se
encuentran se someten a la dictadura gremial del Sutep.
No es dificil de entenderlo. Para
empezar es necesario responder si todos los maestros merecen mayor
salario al que perciben actualmente (S/. 1.200.00 en promedio y con
envidiables beneficios sociales); la respuesta natural es que no, los
buenos deben ganar más y los malos deben mantenerse así mientras no
mejoren, y en el mejor de los casos deben ser cesados porque su
mediocridad es contagiosa. Mas o menos así funciona el sistema
laboral para la inmensa mayoría que no tiene el beneficio de
trabajar par el Estado ¿no es así?
Entonces deducimos que se hace
necesario separar la paja del trigo, y que esa selección debe ser un
proceso que empuje a mejorar la competitibidad individual y
colectiva, porque al final el Perú quiere tener mejores maestros,
dignamente remunerados, líderes de ese círculo social que la
historia les encarga y, en consecuencia también mejores rendimientos
en educación.
Hasta aqui todos dicen estar de
acuerdo, incluso el clasista y combativo Sutep admite esta realidad;
pero el problema no es la realidad, el problema es la solución como
diría Arjona.
Recordarán que el gobierno del APRA
implementó la Ley de Carrera Pública Magisterial para emprender el
camino, sin embargo ¡oh sorpresa!, entraron en escena los
eternamente divididos sutepistas (entre Patria Roja y Pro Sendero)
para oponerse a todo; el argumento fue que la norma estaba diseñada
por los yanquis para terminar con la educación estatal e implementar
la privatización, en realidad para el sindicato cualquier excusa es
buena para contradecir.
Y así se mantuvieron el anterior
quinquenio, entre huelgas, negociaciones y la eterna oposición al
proceso de integración a la LCPM que otros maestros sí querian.
Finalmente, el clasista y combativo gremio no pudo frenar la Ley,
puesto que muchos – con sus propios problemas por cierto- ya están
trabajando en ese sistema.
Luego, el entonces candidato
antisistema Ollanta Humala prometió derogar la LCPM, algo que
concretó en el primer año de su gobierno. En paralelo anunció que
se aprobará una nueva norma, que en sintesis busca el mismo proceso
de mejora de la competitibidad que la LCPM, se supone que debería
estar bien hacer esos ajustes, pero no, ahí va el Sutep otra vez.
Hoy por hoy, el Sutep no ha cambiado de
posición y continúa refutando cualquier viraje, se siente
enseñorado porque la desfasada Ley del Profesorado se lo permite,
pues le pone en una condición de que el único mérito válido para
obtener cualquier tipo de beneficio es la antigüedad.
Lo insólito de todo ello es que los
perjudicados son siempre los mismos: los alumnos, en consecuencia la
sociedad. Mientras los profesores salen a bloquearnos las carreteras
y tirarnos piedra a nuestros negocios, ¡aleluya!, papá gobierno les
sigue pagando cual si fueran sacrificados trabajadores de aulas.
Por decir estas verdades nos gritarán
lo único que han aprendido a arengar: ¡servil del
imperialismo!¡vedepatria! ¡alienado! ¡prensa amarilla! ¡traidor
el Sutep te repudia! Y desde aquí responderemos siempre con la misma
verdad, es urgente separar la paja del trigo, hágalo señor Humala
que el pueblo se lo agradecerá.
PD. Saludo la posición del Gobierno
Regional de Puno al anular la Resolución Directorial por la que
legalizaba la huelga, es bueno reconocer errores y es mejor no ceder
ante los violentistas. (Publicado en Correo 06/07/2012)