miércoles, noviembre 23, 2011

Ser individualista

Por: Hugo Supo

El premio nacional de novela conseguido por el puneño Javier Núñez (Ciudad Incontrastable 2011), el reconocimiento a la maestra uro Amalia Suaña (Premio Integración RPP) y el hecho de que Paola Gómez y Marcel Cari (IV Festival Claro 2011) nos hayan hecho henchir el corazón de emociones por ver el nombre de Puno en la cima de la admiración, nos aseguran un grato final de año.

Han sido agradables noticias para ser una región tan golpeada con conflictos sociales, corrupción, muerte, inseguridad y otros males asentados en la sociedad; buenas nuevas que se han construido con fuerza de voluntad, ímpetu e iniciativas individuales, pero sobre todo logradas muy lejos de esos cuentos que algunos persisten en contrabandearnos, como que el individualismo es el cuco derechista-imperialista, del que apartarnos debemos.

Pues estos pocos, pero muy merecidos, lauros de puneños nos enrostran que ser individualista en una sociedad como la nuestra, en la que muchas veces, el único enemigo que tenemos es otro puneño, a veces es buena opción, y otras tantas es el único camino que nos toca recorrer.

Si damos un vistazo a los tres premios que cito al inicio, notaremos que todos han sido por iniciativa individual (que se han articulado fuerzas con amigos, familiares y auspicios privados de acuerdo, a eso se llama liderazgo en su grupo) y que su reconocimiento surgió en la empresa privada, a eso que tanto miedo le tienen algunos dirigentes y políticos de acá.

La economía de libre mercado y la mismísima democracia se basan también en el individualismo, así se explica que en países de cultura tradicional colectivista, la economía suele estar más o menos intervenida por los estados; en el caso nuestro, es un pedido a gritos de un sector que ha sido consumido por discursos de ONGs financiadas, precisamente, con fondos yanquis o del Viejo Mundo. Además, estas sociedades suelen tener o tuvieron gobiernos antidemocráticos; es algo así como si se buscara un papá que ordene la vida del pueblo porque se es insuficientemente libre y capaz de decidir por cuenta propia.

Entonces, ser individualista no es tan malo después de todo y cuando nos trae gratitudes hay que felicitar a esos individualistas que no han perdido el tiempo exigiendo ayuda del Estado o auscultando envidiosos, y en su lugar han trabajado duro, lo que sumado a su talento natural, es un gran avance.

Otra cuestión es confundir individualismo con egoísmo, eso hay que tenerlo claro. El individualista ético como plantea el filósofo Steven Lukes se preocupa por si, por ser libre y por sus proyectos personales, así logra entender mejor al otro y no lo entorpece, ya que para este tipo de individualismo “la fuente de la moralidad, es decir, de los valores morales, de los principios éticos y el creador de los criterios de evaluación moral es el individuo. La persona es el árbitro de los valores morales porque goza de autonomía y dignidad”.

Una sociedad formada por individuos así, es preferible a un mundo lleno de clones, marcando tarjetas y respondiendo en coro a “normas sociales” dadas por el dictador, perverso, monarca o caudillo.

PUNTO APARTE. El Estado (municipio, gobierno regional, Ministerio de Cultura o alguna otra institución) debería gratificar con un reconocimiento a estos jóvenes portadores del nombre Puno. Digo yo, creo que ya es tiempo de que se suban al coche. (Publicado en Correo 23/11/2011)