jueves, febrero 11, 2010

Pongamos que hablo de Joaquín




(La letra podría corresponder a cualquiera, cualquier nombre, cualquier Joaquín)

Degenerado y mujeriego

Con cierto aire de faquir,

Anda arrastrando su esqueleto

Por las entrañas de Madrid.

Aunque andaluz de fin de siglo

Universal, quiero decir,

No sé qué tiene de rabino

Cuando lo miro de perfil.

Amigo de causas perdidas

Desde aquel mayo de París,

No tiene más filosofía

Que el “vive a tope hasta morir”.

Medio profeta, medio quinqui,

El lumpen es su pedigrí

Un tinto y una buena titi

Le bastan para resistir.

Tirando a zurdo en sus ideas

Por donde Escora Bakunín

Dice que abajo las banderas

Y arriba la lluvia de abril.

El perdedor es su universo

Aunque pretende ser feliz.

Y aún hay quien dice que está cuerdo.

Pongamos que hablo de Joaquín.