Por: Hugo Supo
Haría bien la novísima Superintendencia Nacional de
Educación Superior Universitaria (Sunedu) en
iniciar sus acciones de fiscalización echándole al menos un ojo a la
Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez (Uancv) de Juliaca.
Y es que el extraño caso de titulación en solo dos años de
Paúl Noé Apaza Humpiri y toda la cola que está trayendo es solamente la punta
del iceberg de la senda que recorre esta casa de estudios hacia el
desprestigio.
Antes de esto, algunas irregularidades -ventiladas por los
periodistas- que podemos anotar en el expediente de la Uancv son: las
cuestionadas compras de terrenos en Arequipa y Puno, la negociación de notas
por estudiantes del tercio, la presunta falsificación de títulos y estudios por
exfuncionarios públicos como Hugo Ruve Sardón que laboraba en la gestión del
prófugo David Mamani y Arturo Bernal Salas que tentaba ingresar a la
hidroeléctrica San Gabán y otros.
Estamos seguros que si paramos a enumerar cada uno de los
escándalos que se han denunciado, el espacio nos será demasiado corto y hasta
podríamos pecar de redundantes.
Sin embargo, debemos anotar que cada uno de los ejemplos
citados han quedado solamente en la exposición mediática y negativa opinión
pública, nunca hubo investigaciones más detalladas, ergo, tampoco sanciones ni
cambios. La Uancv se ha acostumbrado a pasar por agua tibia estas situaciones,
y en paralelo la misma sociedad se ha rutinizado con el círculo vicioso, eso
nos ha heredado impunidad para toda clase de delitos que se cometen bajo el
amparo de una supuesta autonomía y capitales privados.
Queridos lectores, no hay mal que dure cien años, es urgente
pedir la reforma de esta casa de estudios, tendría que aprovecharse la
implementación de la nueva Ley Universitaria como punto de quiebre, no es aceptable
que nuestros “profesionales” sean sometidos a la mercantilización de grados
universitarios. (Correo Puno 12/03/15 Foto: Internet)