Por: Hugo Supo
La ciudad de Juliaca está una vez más
polarizada. La convocatoria al paro que ha de iniciarse este martes
ha partido a la población en dos: Los que paralizarán y los que no.
En el primer grupo están, obviamente,
los opositores políticos del profesor Oswaldo Marín Quiro, los
futuros postulantes al Congreso que buscan notoriedad, pero también
los ciudadanos descontentos con la demagogia municipal y los
dirigentes populares, mayoritariamente, lejanos a la administración
edil.
En el segundo grupo está el entorno
del alcalde (seguidores, simpatizantes, trabajadores, amigos y
familiares) y la gente que está hastiada con las idas y venidas de
cada acontecer político de esta tierra, aquellos que dicen: “Cada
pueblo tiene la autoridad que merece”. Estos no van a ir al paro,
aunque tampoco lo evitarán.
No podríamos aventurarnos en decir
cuál de los dos es mayoría, empero una cosa es segura, los
opositores ya han echado a andar una campaña que ha terminado por
desprestigiar la gestión y el paro es inminente.
En respuesta, el popular “Cumpita”
igualmente ha activado una maquinaria para su defensa, aunque sus
acciones parecen más provocativas que de contingencia por el
tradicional y torpe estilo que han aplicado al afrontar esta crisis.
La campañita de desprestigio que han
generado, el fin de semana anterior, un par de periodistas de dudoso
actuar en contra de los dirigentes (caso del señor José Carlos
Sucari) solo ha echado más leña al fuego, pues el aludido directivo
de las Cuatro Zonas se ha apartado de la manifestación y sus
compañeros han dicho claramente que el comando nunca muere.
Las cosas iban bien para el alcalde
hasta los días en los que había anunciado la resolución de
contrato con la cuestionada empresa Supervisión Juliaca. Recuerden
que el lío parte de una presunta negligencia de este consorcio que
no habría cumplido a cabalidad su función de vigilar el respeto al
expediente técnico en la construcción del drenaje pluvial.
Un proceso sumario de resolución de
contrato hubiera podido mermar el paro, al menos por ahora, hubiera
significado tiempo para Marín, pero ha optado por otro camino.
El alcalde o sus asesores -que han de
estar desesperados- han preferido atacar burdamente para defenderse,
un error que desgastará inútilmente a la autoridad, demasiado corto
el tiempo para empezar a quemarse. (Correo Puno-Juliaca 08/06/15
Foto: Facebook)