Por: Hugo Supo
La emoción llega a embargarte el alma cuando escuchas la combinación de sonidos que logran esos instrumentos de bronce, o cuando el bombo de las bandas retumban hasta lo más profundo de tu ser, es una sensación que –creo- solamente se vive en el Altiplano.
A veces he llegado a sentir envidia hacia los que saben bailar, incluso hacia los que sin saberlo se han atrevido a hacerlo. Otras veces también me ha provocado ir detrás de alguna banda para que el contagio del ritmo me dure un poco más. Lo que sucede es que –como todos- no quiero quedarme fuera de la fiesta.
Cuando el sábado me fijé en los inicios de ensayo para la Festividad Virgen de la Candelaria 2009, sentí un poco de esa envidia sana, y me entraron las ganas de vestirme de “achachi” para ser parte de la fiebre de febrero en Puno.
Lo saben los que año tras año bailan, lo saben también los que vienen desde lejos a vivir esta fiesta, lo se yo que hace más de dos decanas soy testigo de las costumbres del pueblo puneño.
Aunque la Festividad en honor a la “Manita Candelaria” es en febrero, el movimiento inicia desde finales de cada año, se prolonga todo enero y culmina con los Carnavales de Juliaca. Es todo un reventón.
La gente se aglomera en los ensayos, cada barrio tiene lo suyo. Están los de Bellavista con su Diablada o su Morenada, los de Independencia, los Centralistas, o los Amigos de la Policía Nacional; todos contribuyen para hacer de Puno un gran acontecimiento.
Prepárense, el lanzamiento oficial de la Festividad de la Virgen de la Candelaria 2009 es el 15 de enero; habrá música, folklore, color, danza, chicas lindas, y por su puesto, caballeros como yo preguntándose si este año nos animaremos a bailar.
