miércoles, febrero 26, 2014

Disolver II

Por: Hugo Supo

Todavía hay quien, como la congresista Claudia Coari, se hace de la vista gorda cuando de hablar del Proyecto Especial Lago Titicaca (PELT) se trata. Queda entre nuestra gente quienes no están convencidos que la disolución de esta entidad es remedio para el embrollo en el que anda. ¿Quieren más argumentos? Veamos un solo caso.
En el año 2012 se inició la construcción de la “Defensa Ribereña de Yapuscachi” del distrito sanromino de Cabana, el expediente técnico ponía tres meses como plazo de ejecución y su presupuesto era de un millón 950 mil nuevos soles.
Estamos terminando febrero del 2014 y la obra no ha sido concluida, no se han hecho las ampliaciones legales, se han gastado casi todo el dinero, hay indicios de graves irregularidades por la transgresión del expediente técnico y, lo peor, están endeudados hasta el tuétano.
De buena fuente sabemos que el exdirector de obras, Wilson Callo, está involucrado en todo el irregular manejo, presumimos que con auspicio de los directores ejecutivos que desfilaron hasta ahora.
El caso de la señora Julia Elsa Valencia Layme es increíble, a ella, que es dueña de un grifo en Juliaca, se le debe por 11,250 galones de combustible que supuestamente utilizaron para la aletargada construcción. El galón de petróleo está en S/. 14,70; hagan números para tener idea del déficit.
Lo peor es que los proveedores, como la señora Valencia, están siendo literalmente paseados por más de un año con la promesa de que en algún momento se les pagará, aunque en el PELT todos saben que no hay plata, o más bien, ya se lo gastaron quién sabe cómo y dónde.
Unidades ejecutoras así no sirven, están lejos de lograr las inclusiones sociales que alega Ollanta Humala, pues lo único que se consigue es desprestigiar al Estado.
Todo este diagnóstico no hace otra cosa que reforzar la idea de disolver el PELT, transferir lo que ahora tiene al Gobierno Regional y cortar de raíz la mala hierba. (Publicado en Correo Puno 27/02/14) Foto: Los Andes

domingo, febrero 23, 2014

Disolver el PELT


Por: Hugo Supo
En octubre de este año, el Proyecto Especial Lago Titicaca (PELT) cumplirá 27 años de funcionamiento en la región Puno. Desde su creación, los gobernantes, peruanos y bolivianos, han ratificado la necesidad de tener vigente a esta institución, esperanzados en la buena fe de sus propósitos iniciales.
Y en alguna medida el PELT ha cumplido con ejecutar proyectos de meridiana trascendencia como el caso de la inconclusa irrigación Lagunillas, pero con el correr los años se ha corroído a la par que lo ha hecho la elite gobernante.
Los regímenes de Toledo, García y Humala debieron ser los peores para el PELT. En estos tiempos, la entidad solamente ha servido para mostrar la calaña de aventureros desempleados que abrazan la política soñando con ganarse el pan de cada día con un clientelismo perverso.
No podemos hacernos de la vista gorda frente al esperpento en el que se ha convertido el PELT, muladar de vagos, habitad de mercantilistas que han pisoteado todo lo que se pueda llamar institucionalidad para disputarse la dirección, cupos laborales y licitaciones.
Las denuncias de irregularidades que pesan ahora sobre el director Fredy Mujica Sánchez no deberían sorprendernos, el manejo último ha sido en base a cálculo político, los gobernantes de turno han hecho del PELTuna caja chica para pagar favores.
Al final del gobierno aprista se perdió una millonada de plata por no haber ejecutado proyectos, el año pasado ocurrió algo similar y al terminar febrero del 2014 apenas se ha podido ejecutar el 5.7% de los míseros  17 millones de soles que hoy maneja.
En las municipalidades hay desconfianza generalizada por este panorama, los alcaldes tienen razón porque ningún proyecto se garantiza de esta manera.
No podemos seguir con esta mediocridad, ya es tiempo que, en una muestra de decencia, Ollanta Humala  disuelva al PELT, transfiera sus proyectos a las unidades ejecutoras que corresponden en el Gobierno Regional de Puno, o si tanto problema hay,  simplemente clausure todo, porque nadie extrañará una organización así. Esto por cierto, es trabajo para los congresistas, vamos a verlos pues.  (Publicado en Correo Puno, 24/02/14) Foto: Internet 

miércoles, febrero 19, 2014

Condena al crecimiento

Por: Hugo Supo

Monopolio es un término que últimamente se usa para condenar al crecimiento empresarial. En el colmo de la exageración, esta semana se ha acusado a la cooperativa de transportes Virgen de Fátima de hacer prácticas monopólicas por el solo hecho de haber crecido más rápido que sus competidores y tentar mayor éxito.
Este columnista, que también es usuario, es testigo del cómo el modelo empresarial de la ‘cuestionada’ Fátima ha ido mejorando con los años. Fueron los socios de esta compañía que lideraron la renovación del parque automotor allá por el año 2007, si no lo hubieran hecho, quizá hoy seguiríamos trasladándonos en las destartaladas unidades que venían de Iquique.
Y con la renovación de la flota también se emprendió en darle ciertas mejoras al servicio, que es lo que finalmente interesa. Por ejemplo, algo destacable es acudir a un terminal de Fátima y tener la garantía de que la tarifa Puno-Juliaca o viceversa nos saldrá a S/. 350. Eso era imposible de imaginar cuando los transportistas pensaban solamente en ellos y no en el usuario, ¿no recuerdan que los pasajes subían cada vez que las unidades escaseaban con un tergiversado argumento de la Ley de Oferta y Demanda?
Hemos visto, más en Fátima que en otras empresas, la intención de brindar un servicio competitivo, con terminales más cómodos que los municipales, con servicios de mensajería y hasta mayor higiene y presentación de los choferes. A eso se le llama hacer empresa, y qué bueno que los socios de Fátima lo sepan. Así ganamos los pasajeros.
Por supuesto que hay mucho por avanzar, pero es innegable que algunos buscan mejorar, mientras otros prefieren lotizar las rutas con un chauvinismo primitivo, como el decir Azángaro para azangarinos, Ilave para ilaveños, Huancané para huancaneños, etcétera.
Sépanlo bien amigas y amigos, el usuario es el único que manda a la hora de preferencias, de nada servirá acumular licencias de rutas y arrojar piedras a la competencia mientras no hayan conquistado la fidelidad del pasajero. No seamos ridículos, no condenemos el esfuerzo del empresario regional. (Publicado en Correo Puno 20/02/14) Foto: Pachamama Radio  

domingo, febrero 16, 2014

La conflictividad

Por: Hugo Supo

El presidente regional, Mauricio Rodríguez, acaba de ponerse el reto de emprender una campaña internacional que logre mayores visitas extranjeras a la fiesta de la Candelaria 2015. Es buena la intención, pero torpezas, como la improvisada “Avenida del Folklore”, nos hacen dudar que tenga claro el camino.
No vaya a salir con el cuento de que una campaña internacional consiste en enviar afichitos a las embajadas o hacer un viajecito para el lanzamiento de la fiesta en Nueva York. No. Esta campaña debe comenzar por casa damas y caballeros.
Haría bien el Gobierno Regional de Puno, por ejemplo, por hacer funcionar la rimbombante “Oficina de Diálogo y Concertación de Conflictos Sociales”, pero hacerla funcionar de verdad, no concentrarla en monitoreos inútiles, tareas bomberiles o lavarse las manos de asuntos en los que no les conviene aparecer.
Es una vergüenza que la Defensoría del Pueblo catalogue a Puno, por cuchucientos años consecutivos, como una de las regiones más conflictivas del país. ¡Son 18 conflictos por Dios!, ¡este pueblo está que arde!
Y es aún más vergonzoso que el Gobierno Regional siga basando sus monitoreos y conceptos de conflictividad en el modelo defensorial que tanto daña a una zona que aspira proyectar paz social al Perú y al mundo.
En la clasificación defensorial solamente existen dos tipos de conflicto: activo y latente. ¿Qué significa? Vaya usted a saber. Lo único que refleja esa clasificación -demasiado básica- es que la región es un polvorín.
Los conflictologos están empeñados en visibilizar cualquier atisbo de “huelga” para inmediatamente sumar números. Eso es incitar a una histeria colectiva.
¿Es tan difícil hacer una clasificación más sincera de la conflictividad? Nadie, ni sociologos, ni comunicadores o profesionales involucrados están preocupados en sincerar el mapa de conflictividad regional y nacional.
Y no es verdad que Puno esté plagado de conflictos (como hace ver la connotación que tiene la Defensoría del Pueblo, la que hace sinonimia al conflicto con violencia).
Es cierto que se registran casos, pero la mayor parte es como un volcán inactivo que a lo mucho requiere una “alerta”, no denominársele conflicto propiamente dicho.
Una clasificación alternativa y sincera ayudaría a proyectar una región atractiva para el turista, con paz social y garantías. Empecemos por encender la creatividad a favor de nosotros mismos. (Publicado en Correo Puno 17/02/14) FOTO: Pachamama Radio   

sábado, febrero 15, 2014

“Periodismo bajo el terror, el periodismo de convivencia”

 (Reseña crítica al texto Periodismo bajo el terror de Aase Hjelde)
Por: Yda Ponce y Hugo Supo

Escrito originalmente en noruego, el “Periodismo bajo el terror” de la investigadora Aase Hjelde nos intenta retratar y hacer comprender la situación particular de los periodistas ayacuchanos en tiempos del terrorismo o conflicto armado, como conviniere considerarlo.
Es pues un estudio específico, basado en recoger testimonios de comunicadores locales acerca de sus experiencias y condiciones de realización en periodismo, en citas teóricas, comparaciones con otras realidades e impregnadas con el punto de vista de la autora.
Al leer “Periodismo bajo el terror” uno llega a abrir muchas interrogantes, pero, para los fines de la presente discusión, la que más podría interesarnos es: ¿cuán objetivos podemos ser en la difusión de los hechos en medio de un conflicto de las características del pueblo ayacuchano en el contexto de los ochenta y noventa?
Aase Hjelde prefiere llamarlo “periodismo de coyuntura”, pero quizá habría que ser un poco más específicos al darle una nomenclatura que nos ayude a comprender el desempeño de los periodistas ayacuchanos de la época. En nuestro caso, vamos a denominarlo “periodismo de convivencia”.
A diferencia de los hombres y mujeres de prensa foráneos que llegaban a Ayacucho con el objetivo de cubrir los hechos de violencia, sea de autoría de Sendero Luminoso o el Ejército Peruano, los periodistas locales tuvieron que desempeñar su rol en medio de la convivencia. Los enviados especiales de los medios limeños y extranjeros eran meros visitantes, los locales no, ellos tenían que convivir, día y noche, con todas las partes en conflicto.
Esto, por supuesto, puede ser ventajoso o no. El “periodismo de convivencia” implica tener un acceso más profundo a las fuentes de información, se las tiene más cerca, son los vecinos, es el colega, el policía de la ciudad, el presidente de tal o cual comunidad, etcétera; ergo, está latente la posibilidad de lograr mayor fidelidad a la hora de presentar un caso, pero ¿hasta qué punto esa cercanía con las fuentes nos permite tentar la objetividad o simplemente la imparcialidad?
El hecho de convivir con las fuentes informativas hizo que el periodista ayacuchano tenga un nivel muy profundo de involucramiento, sobre todo con la llamada “sociedad civil”.
La reciente dictadura militar de la que el Perú se curaba con Fernando Belaúnde había dejado una imagen negativa de los militares en la conciencia colectiva, no solo ayacuchana, sino en todo el país. Esa distancia hizo que los periodistas den mayor credibilidad a las denuncias de los comuneros que se quejaban por los abusos de los “sinchis” por ejemplo.
En las entrevistas que Aase Hjelde hace a los periodistas ayacuchanos, son ellos mismos los que admiten que no fueron lo suficientemente críticos con las acciones terroristas de Sendero Luminoso, hubo allí un desequilibrio.
Y el desequilibrio que anotamos es percibido desde una óptica académica, aunque igualmente podría hacerse la misma observación desde Lima, el extranjero o de cualquier modo que nos permita abstraernos del contexto del Ayacucho ochentero y noventero (tiempo y distancia).
Para comprender la actuación de los periodistas locales que cubren conflictos es necesario estar contextualizados con lo que pasa. En Ayacucho no solo era la mala imagen del militar, habían otras condiciones que hicieron que la historia del periodismo se escribiera tal y como hoy la conocemos.
En el Perú de entonces, por influencia mundial, estaba muy de moda el idealismo comunista, en un país en el que las brechas sociales han sido un problema histórico, Sendero Luminoso encontró la oportunidad de buscar el poder siguiendo la receta del terror, por ello provocó una guerra, desconoció al Estado y empezó a armar su propio estado en zonas donde más debilitamiento estatal había.
El centralismo, por su parte, también jugó un rol trascendental a la hora de la toma de posición del periodista ayacuchano. Al principio, lo de Sendero Luminoso solamente era visto como hechos delincuenciales y no un problema de orden político-militar. La miopía del centro dejó, no solamente avanzar a los terroristas, también el crecimiento de la indignación por la desatención hacia los reclamos de alerta que se hacían desde la prensa local.
Lamentablemente, Lima no ha aprendido hasta nuestros días la lección. Si tuviéramos que contextualizar un hecho cercano es el emblemático asesinato de Cirilo Robles Callomamani (exalcalde de Ilave), este hombre fue ajusticiado por una masa enceguecida de odio en abril del año 2004.
Los puneños hemos sido testigos de la indiferencia de la capital para con este problema que pudo evitarse si se atendía a tiempo. Marcando las distancias, fue una mirada similar la que se dio con Ayacucho en los inicios de los ochenta.
La estrategia de lucha que practicó Sendero Luminoso fue la de ser invisible, así que el enemigo estaba en todas partes o en ninguna a la vez. Nadie podía estar seguro de quién era quién. Ayacucho fue una sociedad de desconfiados, algunos preferían simplemente migrar para evitar ser de tal o cual parte en conflicto.
Pero los que se quedaron allí, y regresemos al caso de los periodistas locales, no tuvieron más remedio que adaptarse a las circunstancias, convivir con el peligro, las amenazas, el espionaje, las mentiras, dudas, el asesinato de colegas, las restricciones impuestas al desempeño laboral, la falta de economía, los paros armados, etcétera.
Qué duda cabe, la situación fue difícil para los periodistas locales, pues es intentar cumplir lo mejor posible el rol de comunicador sin morir en el intento.
Ponerse en una posición neutral podría considerarse como la estrategia más segura para sobrevivir en el periodismo y aproximarse a la objetividad, pero en tiempos de conflicto la neutralidad y/o imparcialidad es algo que simplemente es casi imposible de ser percibida por las partes en disputa. Como en el caso de los ayacuchanos que procuraban mantenerse en una posición sobria, aunque al final siempre acababan por ser juzgados o sospechosos de apoyar a alguna de las partes.
A mayor cercanía mayor riesgo para los periodistas, eso es lo que vivió el periodista ayacuchano que cubría esa parte de la historia peruana.
Siempre guardando distancias, el quehacer periodístico no ha cambiado mucho a la hora de cubrir conflictos sociales en zonas específicas como Ayacucho o Puno. Son similares peligros, riesgos y posibilidades los que se presentan en cada ocasión de estudiar nuevamente un caso de “periodismo de convivencia”.
No es novedad en el Perú, sobre todo durante el gobierno de Alan García, haber visto a radios locales ser acusadas de agitadoras o impulsoras de conflictos, cuando para el periodista local simplemente se estaba informando y opinando de lo que acontecía y vivía con su población.
El reciente “Aimarazo” puneño es un ejemplo de cómo se cubrían los hechos, diferente desde Lima y sus enviados especiales, y diferente en Puno con una mayoría de periodistas locales que tuvieron el reto de cumplir su rol lo mejor posible en circunstancias distintas a la de los foráneos.
Puno, verano del 2014


miércoles, febrero 12, 2014

Formalización minera en Puno

Por: Hugo Supo

El director general de Formalización Minera del MEM, José Manuel Pando, instó a los directores regionales de minería a trabajar intensamente para lograr el rápido funcionamiento de la Ventanilla Única, dice él, con el objetivo de acelerar el proceso de formalización de los mineros ilegales.
En el caso de Puno, esta dependencia está “operativa” desde noviembre del año pasado, pero los resultados no pueden verse hasta ahora, los mineros de las cabeceras del Ramis o Suches no se han formalizado.
Algunos periodistas afirmaron en el ocaso del 2013 que uno de los hechos más importantes del año era la interdicción a ilegales. Empero, la verdad es difícil calificar a un acontecimiento de trascendental cuando de lo que se trata es de una mera estrategia policíaca y no una solución integral al problema.
Han tenido que pasar muchos meses para que el burocrático MEM abra los ojos y confirme que no se trata de simples papeleos, falta de asesoría técnica o ventanillas únicas.
En el último informe de los directores regionales se advierte claramente que la dificultad más grande a la hora de la formalización son los conflictos surgidos para lograr la firma de los contratos de explotación entre los mineros informales y los titulares de las concesiones.
Ahora, recién se considera que se tiene que impulsar el funcionamiento de las mesas de negociación. Según la mirada del Gobierno central, estas mesas de negociación pasarían por incrementar el asesoramiento a estos espacios por profesionales contratados especialmente por cada dirección regional de minería para esta misión.
Vale decir, que en esto de la formalización minera -como ocurre con otros aspectos- ya empezó el peloteo de responsabilidades entre el centralismo y las regiones.
Hay que desearle buen viaje a quienes intentan solucionar el embrollo de la ilegalidad minera, aunque creemos que requeriremos por buen tiempo más a comisiones de interdicción para contener el conflicto. (Publicado en Correo Puno 13/02/14) FOTO: Gobierno Regional de Puno

lunes, febrero 10, 2014

La des-legitimada concentración de medios en el Perú

Por: Hugo Supo

En el año 2013 se ha escrito uno de los capítulos más controversiales de la prensa escrita en el Perú. Tras varios meses de negociaciones y reuniones, el Grupo El Comercio (1) adquirió el 54 por ciento del área de producción y distribución del Grupo Epensa (2), generando con esta acción una campaña mediática contraria por parte del Grupo La República (3) que vio frustradas sus intenciones de concretar dicha compra.
La campaña desatada por La República aduce que la adquisición que hiciera El Comercio a Epensa contraviene a lo señalado por la Constitución Política del Perú y es un peligro para la libertad de prensa en el Perú, la nomenclatura acuñada para este fenómeno fue: concentración de medios.
La compra de Epensa significó para El Comercio pasar a dominar el 77 por ciento del mercado de venta de diarios en Perú, vale decir, el más alto nivel de lectoría con los diarios y revistas que edita en la actualidad.
El periodista Ricardo Uceda escribió para la revista Poder el resumen de los hechos. Epensa (Correo, Ojo, Ajá, etc.) estaba a la venta. Chicho Mohme, dueño de La República, iba a comprarlo pero finalmente, El Comercio acudió al rescate de la familia Agois (que no quería vender a un grupo de izquierda).
Aquí hay que hacer hincapié en el sentido de que en realidad, Epensa jamás ha querido vender acciones, sino fue el empresario Gustavo Mohme quien se acercó y motivó la transacción con un grupo de los accionistas. Eso obligó a los minoritarios de Epensa acudir a El Comercio para que mediante un préstamo pudieran ejercer su derecho a preferencia. (AGOIS, 2013)
Antes de que El Comercio se hiciera de la empresa de los Agois, la participación de Epensa en el mercado nacional de venta de ejemplares de diarios era de 28,56 por ciento, de acuerdo con cifras de la Sociedad de Empresas Periodísticas del Perú (SEPP). El Comercio tenía 49,3 por ciento y el Grupo La República 16,39 por ciento. Si La República hubiera comprado, su participación en el mercado subía a 44,94 por ciento, aún inferior al 49,3 por ciento de El Comercio. Ahora este ha subido a 77,86 por ciento, quedándose La República con 16,39 por ciento.
Ante este panorama, ocho periodistas de Lima, entre ellos el propio presidente de Directorio de La República, Gustavo Mohme, presentaron una Acción de Amparo ante el Poder Judicial. Tal demanda fue admitida por el Cuarto Juzgado Constitucional de Lima, que atiende la jueza Lizy Béjar Monge y su camino está rumbo a una decisión que se dará a conocer en meses próximos.
Ahora bien, la compra de Epensa por El Comercio y la campaña generada por La República ha provocado un debate nacional, de mayor incidencia en las redes sociales virtuales, por dos temas: libertad de prensa y libertad de empresa.
Veamos entonces si realmente es motivo de alarma para los ciudadanos peruanos esta disputa de empresas privadas, si hay concentración de medios o es el nivel de lectoría de lo que se trata, además si el modelo económico impide la práctica que en el momento se cuestiona al Grupo El Comercio.

Una mirada a Latinoamérica.

La concentración de medios no es novedad en el mundo, de manera particular en Latinoamérica se ha cuestionado a los principales conglomerados empresariales de actuar de manera monopólica y en perjuicio de la libertad de prensa, la que como se sabe es esencial para garantizar la democracia.
Argentina puso en debate desde el año 2009 con la Ley N° 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual; ya en el 2013 la Suprema Corte de Justicia de Argentina declaró la constitucionalidad de la “Ley de Medios”, que enfrentó al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el Grupo Clarín.
Este enfrentamiento que ha rebasado los niveles mediáticos a los políticos, se dio a consecuencia que desde el año 1999, el Grupo Clarín se convirtió en una de las empresas más poderosas de ese país y de Latinoamérica, este grupo participa de 17 empresas de publicaciones e impresiones, posee 240 licencia de televisión por cable, 15 de radio y televisión abierta y 3 en internet.
El gobierno uruguayo ya tiene en agenda la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el proyecto está en el Parlamento en mayo del año pasado, con el que se pretende “regular el sector, por considerarlo de interés público, mediante reglas que permitan un sistema con competencia equilibrada, pluralista y de acceso universal”. (CASTRO, enero 2014)
Ecuador es otro de los países donde las relaciones entre gobierno y prensa se han convertido hasta en beligerantes. El presidente Rafael Correa declaró: “Los monopolios mediáticos son uno de los más grandes problemas planetarios. En Ecuador la banca y los medios de comunicación ya no pueden tener vínculos”.
En este país se aprobó una nueva Carta Magna en el año 2008, y en ese marco también se aprobó en el 2013 la “Ley de Comunicación”, trayendo cambios para las empresas dedicadas a la comunicación y para los propios periodistas.
Por otro lado, en Venezuela se aprobó una nueva Ley de Medios de Comunicación en el año 2010, en ese entonces con el entonces presidente Hugo Chávez Frías; incluso este personaje fue homenajeado con el premio Rodolfo Walsh que otorga la Universidad de La Plata cuando presentó su libro “La batalla contra los monopolios mediáticos”(2011).
En Bolivia, la Nueva Constitución Política del Estado boliviano establece que los medios de comunicación social no podrán conformar de manera directa o indirecta, monopolios y oligopolios. En ese país, los enfrentamientos entre Gobierno y el grupo empresarial más grande en comunicaciones también se dieron. Es el grupo Grupo PRISA (dueño de los diarios La Razón, Extra, El Nuevo Día, y parte de la cadena ABC, además de numerosos medios en América Latina), el que tuvo mayores problemas. Curiosamente, el Grupo PRISA es una de las mayores editoras del mundo, posee participación en radios, periódicos, televisoras e imprentas en gran parte del mundo hispano y hasta en Estados Unidos, su producto más publicado es el Diario El País, socio estratégico del Grupo La República que en el Perú cuestiona a El Comercio.
En Chile, el Mercurio suma 19 diarios regionales, y no solamente posee más del 50 por ciento del mercado de la prensa del país (traducida en lectoría), sino también buena parte del mercado de la publicidad. En este país son pocas las familias que concentran a los medios de comunicación más importantes del país, como se ve, no es un panorama distinto al nuestro.
Lo negativo de todas las regulaciones impuestas en los gobiernos que hemos revisado es -en la mayor parte de los casos- el intento de controlar la producción de contenidos a favor de las gestiones gubernamentales y no para el desarrollo social, atentando de manera abusiva a la libertad de prensa en esos países. 
En tal contexto regional, el debate en el Perú por la “concentración de medios” se ha acrecentado por la declaraciones que hiciera el presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, en diciembre del año pasado. “Es una vergüenza que en el Perú estemos teniendo un grupo que sea prácticamente el dueño de los medios de comunicación, es peligroso”, declaró en aquella ocasión. (LA REPÚBLICA, diciembre 2013).
Casi a la inmediatez, el congresista Manuel Dammert respondió presentando un proyecto de Ley que pretende reglamentar a los medios de comunicación escritos y la producción de contenidos, no así buscando darle sostenibilidad a la diversidad informativa y de opinión.

Sincerando la concentración.

Con la adquisición de una parte del accionariado de Epensa por El Comercio, este conglomerado ha empezado a tomar una posición de ventaja frente a La República, que hasta el 2013 añoraba lograr la compra indicada.
En el nuevo contexto, la asociación de El Comercio y Epensa las ha hecho propietarias de ocho diarios y varias revistas, esto representa el 13 por ciento de periódicos que actualmente circulan en el Perú, por ese lado es poco probable considerar a este fenómeno como una concentración de empresas o casa editoras.
Asimismo, a diferencia de la radio y televisión, para que un medio escrito ingrese al mercado no es necesario un permiso gubernamental, puesto que los periódicos no usan espacios radioeléctricos (como sí ocurre con la radio y televisión), a lo mucho, el empresario que quiera incursionar en este campo tendrá que -aparte de montar su sistema interno de producción- firmar un convenio con el gremio nacional de vendedores de periódicos, revistas y loterías, y así garantizar su presencia en la cadena de distribución.
Igualmente, es necesario ver la realidad peruana en cuanto al consumo de medios escritos. En Lima, los diarios del Grupo El Comercio tienen ahora el 85,69 por ciento al haber sumado su 62,77 por ciento previo (713.578 ejemplares), con el 22,92 por ciento de Epensa (260.125 ejemplares); los medios de La República se quedan con el 9,24 por ciento de nivel de lectoría.
No obstante, en provincias ocurre algo distinto. En diferentes ciudades del Perú, sin considerar Lima y Callo, los diarios de Epensa, El Comercio y La República poseían hasta el año pasado el siguiente nivel de lectoría: 33; 31,25; y 29,1 por ciento de las ventas, respectivamente. Desde la compra de Epensa, El Comercio tiene en provincias el 64,25 por ciento de ventas.
Si la compra de Epensa hubiera sido favorable a La República, en la actualidad no estaríamos hablando de una “concentración de medios” ocasionada por las ambiciones de El Comercio, sino de un duopolio, puesto que en Lima hubiera subido su participación al 32,16 por ciento, pero en provincias, hubiera tenido 62,1 por ciento del mercado.
“El éxito de la operación de Mohme también hubiera producido una situación de concentración indeseable en las provincias, con posibilidades de pacto entre grandes en perjuicio de los medios locales o de terceros”. (PINO, enero 2014)
De manera que el reclamo por la supuesta “concentración de medios” carece de legitimidad en esta coyuntura. Un debate nacional es totalmente válido para garantizar una desconcentración del poder mediático, eso es legítimo para generar mayor competencia y diversidad, siempre y cuando no sea fomentada por otras empresas que pretenden hacer lo que tanto cuestionan o el gobierno que apunta al control de contenidos.
A todo esto, resulta que La República anunció en el año 2012 que el diario de mayor difusión en España, El País, se distribuiría en Lima junto con su principal producto (La República). "Hoy vendemos más de 40 mil ejemplares diarios en edición en papel en seis países en América Latina", señaló Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo PRISA, empresa editora de El País.
El grupo PRISA es pues en el momento una transnacional de medios de comunicación, acusada de concentrar medios en varios países de Lationoamérica, con poder grande en España y hasta en los sectores latinos de Estados Unidos.
Resulta curioso haber visto a Mario Vargas Llosa sumarse a la campaña contra la “concentración de medios” de El Comercio en Perú para apoyar al rotativo que ahora replica sus colaboraciones (La República) desde, precisamente, una editora que ha logrado una de las mayores concentraciones de audiencia y empresas comunicacionales.
“Vargas LLosa ahora se manifiesta contra la concentración de medios, aquí, pero no lo hace cuando el grupo PRISA concentra en sus manos no sólo medios de radio y TV sino a las mayores editoriales españolas (Grupo Santillana: comprende las editoriales Santillana Educación, Santillana Formación, Richmond Publising, Alfaguara, Alfagura Infantil y Juvenil, Taurus, Aguilar, El País-Aguilar, Altea, Punto de Lectura y SUMA) y su accionariado mayoritario de PRISA (57.7 por ciento) es yanqui: Liberty Acquisition Holding (Phoenix Group)”. (CASTRO, enero 2014)
Hay que agregar que el grupo PRISA también ha mostrado interés para adquirir acciones de la cadena radial más importante del Perú (RPP), con lo que su presencia en este país quedaría consolidado.
Es por esa razón que el debate impulsado por La República se ha deslegimitizado en el Perú, pues, por ahora, es un simple problema entre privados. Incluso el propio Mohme ha admitido que “el remedio puede ser peor que la enfermedad” al oponerse a una “Ley de Medios” que se ha puesto en agenda del Congreso de la República, pues asoma el peligro de una regulación de contenidos, muy peligrosa en democracias adolescentes como la nuestra.
Tras esta compra solo vemos que El Comercio busca homogenizar criterios políticos en las esferas de poder camino a las próximas elecciones y al Bicentenario de la independencia nacional, mientras que La República (aliada de El País) pretende facilitar el ingreso del grupo PRISA para igualmente imponer una clase política, incluso esa izquierda que la derecha requiere.

Libertad de empresa.

El monopolio se da cuando existe la vocación empresarial para ser el único que produzca, venda o distribuya en el mercado algún producto o servicio.Una de las prácticas conocidas sobre el tema es la adquisición de accionariado en las empresas que significan competencia, en algunos casos para desaparecerlas y en otras para garantizar su diversificación.
“Ser el único productor, con el precio que él quiera, con la producción que le convenga es el sueño de muchos empresarios émulos de Luis XIV (L'État, c'est moi» («El Estado soy yo»). La toma de decisiones se formará entonces básicamente por el accionista mayoritario, y la gerencia ejecutará las directivas. Supuestamente si uno adquiere las empresas de la competencia, es para hacerse del mercado; y como es el único productor, pues subirá inmediatamente los precios del producto, consiguiendo con eso la máxima rentabilidad: Al no haber competencia, pues el cielo es el límite”. (PINO, enero 2014).
Sin embargo, para juristas como Miguel Pino Ponce, el monopolio es un premio que obtiene un emprendimiento dentro del mercado, ya que gracias a su empuje ha logrado posicionarse excluyentemente frente a la competencia.
Para Pino hay que saber diferenciar monopolio de prácticas monopólicas. Ciertamente hay varios requisitos que se debieran de cumplir en un mercado para hacer posible la práctica monopólica, puesto que no solo se requiere que haya un producto y un solo productor, es mucho más, como veremos a continuación.

Prácticas monopólicas.

Para analizar estos temas, es necesario revisar lo que señala la Constitución Política del Perú.
Respecto al pluralismo económico, el artículo 60 dice: “El Estado reconoce el pluralismo económico. La economía nacional se sustenta en la coexistencia de diversas formas de propiedad y de empresa. Solo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional. La actividad empresarial, pública o no pública, recibe el mismo tratamiento legal”.
Asimismo, sobre la libre competencia se afirma lo siguiente en el artículo 61: “El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concentración puede autorizar ni establecer monopolios.
La prensa, la radio, la televisión y los demás medios de expresión y comunicación social; y, en general, las empresas, los bienes y servicios relacionados con la libertad de expresión y de comunicación, no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento, directa ni indirectamente, por parte del Estado ni de particulares”.
Desde el punto de vista del derecho económico, para que la práctica monopólica se puede dar en cuanto exista la transgresión a un mercado relevante, ausencia de productos sustitutos y barreras de acceso al mercado.

A) Mercado relevante.
Quiere decir esto que se debe determinar el área geográfica de influencia del único producto o productor. Se podría hablar de una ciudad, distrito, provincia o país. En el caso de los medios de comunicación, el diario de mayor lectoría en la ciudad de Lima no puede ser necesariamente el de mayor aceptación en provincias.
En el caso del diario El Comercio es así. En Lima tiene el 49.3 por ciento del mercado en lectoría, no obstante, en Puno su nivel de venta no supera los 100 ejemplares diarios; en provincias como Puno hay una fuerte tendencia a preferir productos locales, en este caso, la población se informa por radioemisoras, canales de televisión y periódicos locales, en consecuencia las noticias de orden nacional son desplazadas a un segundo lugar.
Un ejemplo de ello es que cada vez existe la preferencia de los empresarios para generar productos regionales en lugar de solamente poner una oferta nacional, en los últimos años hemos visto la “descentralización” de la agenda mediática en periódicos como Perú 21, Trome, Correo, La República, Ajá, El Popular, entre otros.
Y si ampliamos el tema a los medios televisivos el panorama es mucho más controversial. “Juliaca tiene 20 licencias para canales de televisión, uno de los números más altos del Perú, que la coloca en décimo lugar en cuanto a licencias, frente a ciudades de mucha mayor población e importancia como Lima, Arequipa, Cusco o Chiclayo. Es importante anotar que, después de Lima, el departamento de Puno (donde está ubicado Juliaca) es el que más estaciones de televisión tiene en el Perú.” (PINO, enero 2014).
La constitución política del Perú prohíbe el “acaparamiento” de medios, y está pensado para la radio y la televisión, porque ambas dependen de un espectro radioeléctrico cuyo número de frecuencias es limitado; ergo es en un espacio “donde la puerta no está siempre abierta al ingreso de nuevos competidores, como sí sucede con la prensa escrita, donde el ingreso es ilimitado (en cuyo mercado, por cierto, está confirmada la próxima llegada de un nuevo competidor, aparición que nosotros, que sí creemos en la competencia, aprovechamos para saludar). No hay, pues, un vacío legal por reglamentar, como lo ha sugerido equivocadamente el primer ministro…” (EL COMERCIO, octubre de 2013).

B) Productos sustitutos.
Una posición dominante, como la que ahora se le atribuye a El Comercio, no sirve de nada cuando existen productos sustitutos en el mercado. Un monopolista pretenderá hacer subir los precios de su producto, pero el consumidor podría reaccionar adquiriendo otros que suplan la misma función.
Ahora bien, cuando hablamos de medios de comunicación, no solamente hablamos del periódico (papel), también lo hacemos de la producción de contenidos.
En tal sentido, si por ejemplo existe una sola opinión en los periódicos, pero coexisten medios virtuales de opinión diferente, u otros medios independientes, es lícito creer que el mercado de moverá contra la opinión monocorde. En la actual realidad donde impera la Ley de la Oferta y la Demanda, es el consumidor quien finalmente tiene poder para decidir entre tal o cual opción, a las empresas no les queda más remedio que competir y ofrecer mejores productos para lograr cautivar a -en este caso- los lectores.
Si revisamos la historia reciente del Perú, en la década de los noventa, la mayor cantidad de medios de comunicación estuvieron al servicio de la mafia fujimontesinista, en esa coyuntura se intentó esconder las protestas contra el Gobierno y la re-relección de Alberto Fujimori, sin embargo, los canales de cable, los medios del extranjero y otros independientes dieron gran cobertura a lo que estaba aconteciendo, de nada le sirvió al Gobierno haber corrompido a los propietarios de los medios de comunicación más importantes del Perú.
Con el crecimiento de los medios virtuales y la expansión de la internet, pensar en un dominio absoluto de la información y opinión, está mucho más lejos de concretarse que en la década de los noventa. Los productos sustitutos son diversos, abusar desde la posición ventajosa del poder sería peor que la enfermedad para el conglomerado El Comercio.

  1. Barreras de acceso al mercado.
En el peor de los casos, si existiera un solo productor y no haya sustitutos, en nuestro país no existe impedimento legal, según la misma Constitución Política del Perú, para el ingreso de más empresas.
Asunto diferente es para la radio y televisión, pero en el caso de prensa escrita no existe limitación alguna, similar es el caso del periodismo virtual que parece no tener límites de crecimiento.
Hay casos en los que la agenda principal de los medios masivos (tradicionales) ha sido “impuesta” desde los medios virtuales, es decir que hay mucho pan que rebanar con el desarrollo de esta área, pues cada vez son más los medios de mínimo costo, pero de alcance masivo.

A modo de conclusión.

  1. La campaña impulsada por La República es ilegítima, no solo porque el modelo económico que este mismo grupo defiende permite concentraciones, sino porque su objetivo es actuar de la misma forma que ahora acusa a su competidor.
  1. Las lineas editoriales de los medios escritos involucrados en el Perú no han cambiado, con solo decir que siguen habiendo tres grandes editoriales (El Comercio, Epensa y La República) que hoy manejan sus periódicos como lo hicieron antes de la supuesta “concentración de medios”.
  1. Requerimos en el Perú debatir y generar mecanismos para reforzar la difusión de la diversidad de lineas editoriales, pero no prohibiendo y persiguiendo el crecimiento de las empresas comunicacionales, sino reforzando y creando oportunidades para los que hoy aún son pequeños y distintos.
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(1) El grupo El Comercio es el principal conglomerado de medios de comunicación escritos en el Perú, está ligado a grupo de poder económico de derecha.
(2) El grupo Epensa, es la segunda empresa de comunicaciones escritas con mayor aceptación en Perú, su diferencia con El Comercio no dista más allá de las agendas particulares y electorales, en lo económico comparten puntos de vista.
(3) El Grupo La República es el tercer conglomerado de medios comunicación en Perú, se definen como un sector empresarial comprometido con la socialdemocracia.
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Referencias bibliográficas:

AGOIS, Luis, declaraciones a Atv + http://www.youtube.com/watch?v=UYN1UQqa1aY
EL COMERCIO, editoriales sobre Concentración de Medios http://elcomercio.pe/
EL PAÍS, artículos sobre Concentración de Medios http://elpais.com/elpais/portada_america.html
LA REPÚBLICA, artículos y editoriales sobre Concentración de Medios http://www.larepublica.pe/
PINO, Miguel, ensayo de Derecho Económico publicado en http://prensatur.pe/
UCEDA, Ricardo, artículos sobre Concentración de Medios http://www.poder360.com/
SOCIEDAD DE EMPRESA PERIODÍSTICAS DEL PERÚ, http://sepp.pe/

WITKER, Jorge, Introducción al Derecho Económico, 1999
FOTO: http://vozliberal.blogspot.com/ 

domingo, febrero 09, 2014

El reto de la fiesta

Por: Hugo Supo

Pocos acontecimientos en el Perú se viven como la Festividad de la Virgen de la Candelaria. No es poco lo que sucede. No es cosa de todos los días ver que un pueblo entero discurra sus días al compás de la música, el baile y un fervor religioso que sincretiza creencias occidentales y andinas.
El decir que son aproximadamente 50 mil danzarines los que ponen el color a esta fiesta es un mero y mínimo cálculo, en realidad, ellos son solamente los más involucrados con la parte folklórica, pero nunca más que en febrero, esta ciudad es el centro de un fenómeno que ha traspasado lo religioso, social y económico.
“Puno es por estos días la capital del Perú”, decía ayer un periodista mientras admiraba el despliegue de los danzantes. Es cierto, las visitas han sido tantas, que todos los negocios (hoteles y restaurantes especialmente) han visto agotadas sus provisiones.
He aquí lo interesante, la festividad de la Mamita ha dejado de ser un acontecimiento provinciano, hoy vemos que todo un país se contagia e involucra con esta manifestación. Es indudable que vamos en franco crecimiento.
Empero, este vertiginoso avance también implica retos trascendentales. Por tan solo hablar de la presentación de danzas, cae bien la idea de “profesionalizar” la festividad, es decir, avanzar hacia un espectáculo que el mundo pueda admirar por su vanguardia.
El Colegio de Licenciados en Turismo de Puno ya propuso en espacios académicos la idea de la “profesionalización”, implicando ello el mejorar los criterios de presentación de los bailes, agregarles temática a las diferentes comparsas que hoy no han podido trascender más allá del amor, devoción y diversión.
Y bien haría el Estado en sumarse, ya que por ejemplo han acuñado al 2014 como el “Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático”, qué bueno hubiera sido que la música, trajes, coreografías, figuras y otros detalles, giraran en torno a este mensaje. El reto es nuestro. (Publicado en Correo Puno 10/02/14)FOTO: Correo

miércoles, febrero 05, 2014

De fariseos y fariseos

Por: Hugo Supo

Qué fácil resulta en estos tiempos acomodarse dentro de los batallones de una “reserva moral” de la “civilización del espectáculo” como ha catalogado a nuestra época Mario Vargas Llosa. Qué cómodo resulta levantar el dedo acusador, buscar, encontrar y exiliar de nuestra élite moralista a los hipócritas, a los fariseos diría el obispo Jorge Carrión Pavlich.
El término fariseo fue muy utilizado en el Nuevo Testamento, sobre todo cuando Jesús puso a esta secta judía como paradigma de hipocresía. Aunque claro, una persona sensata no puede concebir la vulgarización del prejuicio para abstraerse del problema. Nos cuesta aceptarlo, pero esto de mirar la viga en el ojo ajeno y no en el nuestro, es una práctica constante en buena parte de nosotros.
En la fiesta de la Candelaria, por ejemplo, no hay año que no se arme el “tole tole”. Está por un lado la Federación de Folklore, por el otro la iglesia, más allá los políticos, el municipio, el Gobierno Regional, las cervecerías, los danzarines, los devotos, laicos, la prensa y hasta los pordioseros. Todos mirándonos unos a otros, echándonos culpas, sin encontrar soluciones a nuestros problemas. Pamplinas.
¿Qué hace el representante de la iglesia quejándose de los fariseos?, ¿qué hizo en todo este tiempo por ganar, o no perder, devotos?, ¿qué, por mantener una devoción intacta a la Virgen? Lo que hemos visto son mínimas apariciones mediáticas en coyunturas como la presente para gritarnos que nos portamos como sajras.
No hemos visto a la iglesia enseñar con el ejemplo, al contrario, su desprestigio va al compás de la banalización de la misma sociedad. ¿Cuándo veremos en realidad esa prédica del Papa Francisco que alguna vez dijo: “Me gustaría una iglesia pobre, y para los pobres”? No es la iglesia -si eso ha querido decir el obispo de Puno- la reserva moral de la sociedad.
¿Y dónde está esa reserva? Es difícil hallarlo, no son las instituciones definitivamente, tampoco lo son las masas pobres, ni siquiera los colectivos progresistas. Sospechamos que esta reserva está en los individuos, en los héroes anónimos que no buscan tribunas, en los que están cumpliendo sus funciones cabalmente, en el que no se engaña a si mismo. Empecemos por ahí ¿ok? (Publicado en Correo Puno 06/02/14) FOTO: Correo. Versión editada.

domingo, febrero 02, 2014

Gestión más que campaña

Por: Hugo Supo

Este cronista es infinitamente pesimista a la hora de ver, en prospectiva, los resultados de las elecciones regionales y municipales que este 2014 fueron programadas para el 5 de octubre.
Por lo que hemos visto en esta coyuntura de la Festividad de la Virgen de la Candelaria, los que aspiran a sentarse en el sillón que hoy ostenta Mauricio Rodríguez son todos caudillos, no podría dárseles nomenclatura distinta, ninguno puede henchir el pecho para hablar de liderazgo político orgánico.
Eso quiere decir que, cualquiera sea la preferencia electoral en octubre y en la eventual segunda vuelta regional, las próximas autoridades van a ir en un rumbo ya conocido para nosotros: poca capacidad de ejecución, demagogia, corrupción y miopía para ver el camino de Puno.
Y no nos resentimos con nuestra realidad, simplemente es así. El día en el cambie este panorama está todavía a un par de generaciones de la nuestra.
¿Saben? Hay gente que habla de conformar un gran colectivo ciudadano para develar las falsas promesas que suelen ensártanos los candidatos con tal de ganar más votos. Soñadores estos buenos vecinos, tienen buena intención, pero su destino es el inevitable fracaso si quieren lograr una autoridad ideal. Damas y caballeros, no tenemos candidatos ideales, hay que escoger de lo que tenemos.
Si esa es nuestra realidad, entonces lo que nos toca a los ciudadanos no queda en vigilar el correcto debate en la campaña, si queremos que nuestros políticos jueguen un rol trascendente, no hay otro camino que comprometernos a un acompañamiento en la gestión próxima, y no solamente en campaña.
La verdad es que no hay mucho que debatir a la hora de hablar del desarrollo de Puno, documentos como el Plan de Desarrollo Concertado y otros ya señalan el rumbo. Que no vengan a meternos el cuento, no esperamos una buena campaña de los candidatos, esperamos buen trabajo a la hora de gobernar. (Publicado en Correo Puno 03/02/04) FOTO: