miércoles, mayo 27, 2020

Engorde de toros


Por: Hugo Supo

“Engorde de toros” llaman al proyecto que el gobernador Agustín Luque anunció en Yunguyo, como parte de la reactivación económica. Pradera, que es unidad del GORE Puno que lo diseñará y ejecutará, estima una inversión de tres millones de soles para un horizonte de cuatro años.
El reto es mejorar la calidad del ganado con asesoría para engorde, darle valor agregado y comercialización organizada.
Calculan que los beneficiarios serán más de ocho mil criadores, los que deberían de agruparse en 262 organizaciones en 9 provincias.
Este columnista dialogó con el jefe de Pradera, Johan Luis Chahuares, para detallar el proyecto, pues lo anunciado pomposamente en Yunguyo es muy genérico como para entusiasmarse.
Ahora sabemos que recién se está diseñando el expediente técnico (terminaría en el segundo semestre), por lo que todo se vuelve relativo.
El diagnóstico también es deficiente. No se conoce el número de organizaciones que los ganaderos ya han conformado, de qué tipo son (cooperativas, asociaciones, etc.) y cuáles son sus deficiencias.
Suponen que con enviar técnicos a los criaderos ya están mejorando la cosa. Habría que estudiar qué pasó con proyectos similares en el pasado, porque tampoco es que estén inventando la pólvora.
Y otro asunto son los camales. El proyecto los toca solo de pasadita, pues, contempla convenios con los municipios de El Collao y Azángaro para mejorar infraestructuras. En cristiano, le pasan la bola a los alcaldes.
Hay que tener en cuenta que en la región, solo existen tres camales autorizados para vacunos, cuya capacidad, obviamente es muy reducida.
Camales de calidad garantizan buena carne y posterior transformación para llegar a los mercados, por eso son esenciales.
No se trata, pues, de engordar por engordar al ganado para que el intermediario se siga llevando las ganancias. Como ven, la demagogia también se está reactivando. (Correo Puno Juliaca 28/05/20 Foto: Gore Puno)

miércoles, mayo 20, 2020

Reactivar el fierro y cemento


Por: Hugo Supo

El GORE Puno tiene 311 millones 159 mil 190 soles para invertir en proyectos durante 2020. De ello se ha gastado poco más del 10% a la fecha.
Se trata de presupuestos destinados a 1) Planeamiento, Gestión y Reserva de Contingencia; 2) Orden público y seguridad; 3) Comercio; 4) Agropecuaria; 5) Pesca; 6) Transporte; 7) Ambiente; 8) Salud; 9) Cultura y Deporte; 10) Educación; y 11) Protección Social.
Increíblemente, los mayores presupuestos están en los sectores que, a propósito de la pandemia, son los más críticos en estos tiempos: salud (108 millones), agropecuaria (50 millones), transporte (42 millones) y educación (30 millones).
El gobernador Agustín Luque podría decir que está destinando fondos, prioritariamente, para afrontar los problemas más básicos de los pueblos altiplánicos y la selva. ¿Qué falla entonces?, ¿Por qué tenemos esta crisis?, ¿Se trata de más dinero?
Ocurre que casi el 80% del presupuesto está manejado por una sola gerencia, la de Infraestructura, lo que quiere decir que gran parte de la plata se va en fierro y cemento, y entre un tufillo de corrupción que rodea a las obras.
Además, nuestros gobernantes ven la infraestructura como fin y no como medio, eso se traduce en las pomposas inauguraciones de edificaciones que muchas veces ni siquiera aplican a la realidad. Oficinas, hospitales, estadios, coliseos, carreteras que no están articulados a una idea de desarrollo regional, insertados en los planes multianuales a la fuerza, como bien sabe la tecnocracia local.
Para ser claros, la infraestructura debe ser equilibrada con otros aspectos como capacitación, investigación, tecnología e inversión en las personas.
Para lamentar nuestro, los pocos proyectos destinados a desarrollar lo humano, social y medioambiental no solo tienen poca plata, sino que hasta eso es mal utilizado como agencias de empleo o equipando más a los trabajadores estatales que a los beneficiarios reales; lo que nunca se transparenta. ¿Es eso lo que queremos reactivar? (Correo Puno Juliaca 21/05/20 Foto: Gore Puno)

miércoles, mayo 13, 2020

Peajes y caminantes


Por: Hugo Supo 

El Congreso de la República ha promulgado -por insistencia- la Ley 31018 con la que anula el cobro del 100% de peajes durante el incierto periodo que dure la emergencia nacional.
Tengamos en cuenta que, actualmente, el Perú tiene tres modelos de peaje: los gestionados por Provías Nacional, los cofinanciados (participación del Estado y privado) y los autosostenidos (enteramente privados).
Antes de esta promulgación, los peajes de Provías y los del modelo cofinanciado ya habían suspendido los cobros, pues tienen subsidio garantizado; solo quedaban pendientes los 22 puestos concesionados a privados.
El problema aquí se llama “transitabilidad”, que es un servicio que el Estado debe garantizar, aún más, en tiempos de emergencia.
¿Qué ocurre si por accidentes causados por humanos o la naturaleza se interrumpe alguna carretera?, ¿Quién hará que esa vía vuelva a ser transitable?
Los contratos con los concesionarios dicen que la transitabilidad está a cargo de las empresas, es más, hay montos fijos anuales destinados para el mantenimiento, este fondo se recolecta con los peajes y en caso no alcanzar las metas mínimas, es el Estado peruano que subsidia los costos.
La Ley del Congreso no toca estos contratos, ergo, el Estado pagará el mantenimiento y transitabilidad.
El MEF ha calcuado en 700 millones de soles un primer desembolso del bolsillo de los peruanos. ¿Quiénes están usando las carreteras en este momento? Principalmente, el transporte pesado dedicado a minería, combustible o alimentos, actividades que no han paralizado con el Estado de Emergencia, es decir, siguen teniendo utilidades.
¿Por qué el pueblo, obligado a la inmovilización, debería subsidiar a un pequeño sector empresarial cuyas actividades no han sido interrumpidas? Que los que usan las vías paguen los peajes, no el pueblo caminante. (Correo Puno Juliaca 14/05/20 Foto: Difusión)


miércoles, mayo 06, 2020

Verdadera reactivación


Por: Hugo Supo

No se puede reactivar algo que estaba desactivado por décadas como el agro puneño. Si vamos a hablar sobre reactivación del sistema productivo, es primordial mirar con preferencia al campo y a sus productores.
Sobre todo si casi el 50% de la Población Económicamente Activa (PEA) de la región Puno está dedicada a la agricultura (según censos del INEI), aunque lamentablemente solamente a nivel de subsistencia.
Por esta realidad es que los jóvenes migran a zonas mineras, comerciales u otros departamentos agrarios costeros buscando mejorar sus condiciones económicas para acceder a educación y salud.
Obviamente, dicho fenómeno migracional tiene muchos efectos para las urbes y el campo mismo.
De manera que hay que tomar el toro por las astas. Se trata de la descapitalización del campo que estamos obligados a revertir durante el proceso de reactivación postpandemia.
Porque se trata, finalmente, de nuestro último refugio cuando de sobreviviencia se trata. ¿O no es el campo donde hemos volteado la mirada en la emergencia, tanto para proveernos de alimentos, hierbas medicinales o simplemente escapar de las restricciones dictadas para las ciudades?
Por tanto, el Gobierno Regional de Puno, aparte de reclamar más dinero al nivel central, debe reestructurar tanto su aparato burocrático como sus presupuestos para dedicárselos, preferencialmente, a la agricultura, ganadería y factores conexos (seguridad hídrica, energía barata e industria).
La tecnología en base a fitotoldos ha superado muchas vallas a este tiempo y bien podría ser alternativa para la horticultura y hasta producción de frutas en el altiplano (Chusamarca y sus fresas es excelente ejemplo).
Aquí volvemos a necesitar de ciencia y tecnología para vencer los retos que la naturaleza nos presenta: universidades, INIA, comunidad científica, etcétera. (Correo Puno Juliaca 07/05/20 Foto: Difusión)