Por: Hugo Supo
Poca astuta ha sido la réplica del
presidente regional de Puno, Mauricio Rodríguez, a la difusión del
caso de firmas falsas para la aprobación de los 85 jardines que el
Ministerio de Educación le ha encargado a su gestión.
Nada puede justificar un escándalo
así. Porque señor presidente, claro que se trata de un escándalo,
no es plata de la familia Rodríguez o de alguno de sus gerentes. Los
indicios de existencia de una organización dedicada al robo
sistemático de los recursos del Estado al interior del Gobierno
Regional son irrebatibles.
Atacar a los periodistas, minimizar los
hechos, echarle culpas al denunciante, mostrar actitud protectora a
favor de los cuestionados, no admitir yerro, la arrogancia; todo eso
se resume en un enceguecido orgullo que ha sido herido.
Y el presidente regional ha dicho bien,
esta revelación no parte de una proeza periodística precisamente,
los medios se han limitado a informar lo que su propia gente hace. No
tiene sentido entonces que la autoridad dirija su furia hacia lo
externo cuando él mismo es consciente que la escoria está dentro,
se sienta a su costado, le adula, le aconseja, lo engaña. Él lo
sabe y no quiere admitirlo.
Pero, a diferencia de lo que la
autoridad hace con los periodistas, nosotros sí comprendemos su
situación, sabemos que hay males estructurales como la corrupción,
que -sobretodo en política- no hay que confiar en la gente, que los
vividores suelen trepar al poder valiéndose de las debilidades
egocentristas de los titulares de pliego, etcétera.
Como comprendemos también que el
presidente no puede escapar de sus responsabilidades. Ahora que se le
viene un juicio, esperamos que el líder del “Pututo” haya
aprendido que ser presidente no solo es un bonito despacho y la
parafernalia de la oficina de relaciones públicas, es también
cargar con el pasivo, para eso ha sido elegido.
Hemos visto que está lejos el día en
el que Mauricio Rodríguez haga mea culpa, advertidos estamos, él es
de la generación formada echándole la culpa al resto del mundo de
nuestras desgracias y allí se va a quedar. Hay que desearle suerte
a este presidente para el último tramo que le toca caminar, pues sus
problemas apenas están empezando. (Publicado en Correo Puno
10/03/14) Foto: Correo