jueves, junio 18, 2020

Comunidades campesinas y pandemia


Por: Hugo Supo 

Hasta este momento de la “noventena”, las comunidades campesinas han resistido solas al embate del SARS-cov-2. El Estado no tiene un plan diferenciado para las zonas rurales y, por el contrario, es el productor rural quien ha garantizado alimento para las ciudades todo este tiempo.
Es más, casi todas las medidas de auxilio estatal fueron dirigidas a las zonas urbanas, donde coyunturalmente el golpe sanitario se siente más.  
Las comunidades resisten hoy gracias a su propia organización, es allí donde mejor se cumple estrategias de distanciamiento físico (incluso en la cosecha) y el cierre de accesos a sus jurisdicciones de la mano con las rondas campesinas.
Persisten, pues, en el abandono histórico e indiferencia de las autoridades, quienes en lugar de fortalecerlos los han vuelto más vulnerables, cerrándoles las postas médicas y escuelas sin compensación alguna.
Y ahora, cuando la fracasada “noventena” devela todas las debilidades nacionales, al Minedu se le ocurre disponer el inicio de labores presenciales porque más no puede (o no quiere) hacer.
Hay que considerar que el virus se traslada de persona a persona, para hacer clases presenciales se tendrá que movilizar a miles de maestros a nivel nacional, de quienes no sabemos si están contagiados (no hay pruebas para saberlo), si son positivos asintomáticos y cómo garantizar que la población rural no sea víctima del nuevo centro de la propagación.
Con el sistema de salud prácticamente inexistente en ruralidad nacional, este gobierno está condenando a muerte a las comunidades campesinas.
Era la gran oportunidad para acortar brechas (educación, conectividad, producción, etc.) entre campo y ciudad; pero ya ven, se opta por regresar a la funesta normalidad, a que se las arreglen como puedan, como si la educación presencial fuera la panacea. (Correo Puno Juliaca 19/06/2020 Foto: Difusión)