Por: Hugo Supo
El alcalde de la ciudad de Puno, Iván
Flores Quispe, denunció que sus antecesores le dejaron una deuda de
ocho millones de nuevos soles por diversos motivos, eso es casi la
mitad del presupuesto anual para ejecutar proyectos en la comuna
local.
El solo hecho de tener este pendiente
nos indica que la gestión actual se verá impedida de ejecutar sus
planes en el tiempo que se estimaba inicialmente, a decir de la
autoridad provincial es una gran traba para el cumplimiento de las
metas.
El panorama es similar en otros
municipios. Este cronista estuvo en el distrito de Vilque el fin de
semana y constató la lamentable situación en la que se ha dejado el
gobierno local. El inicio de la solución ha sido declarar la
municipalidad en emergencia administrativa y financiera.
Ayer se hizo el informe de
transferencia en la Municipalidad Provincial de San Antonio de Putina
y la historia se repite. Las nuevas autoridades dicen que sus
antecesores se han caracterizado por el caos y el desorden.
Sabemos de buena fuente que los
municipios distritales son los que en peor condición se encuentan,
por esa razón, gran parte han sido declarados en emergencia
administrativa y financiera, este parecer ser el único camino a
seguir para salir del hoyo. Así está la cosa pública en estos
días.
Felizmente, la Contraloría General de
la República ha determinado la obligatoriedad de informar sobre el
proceso de transferencia para los gobiernos regionales y municipales,
luego es cuestión de que haga público esos informes para que la
ciudadanía pueda saber.
Por supuesto, no debe quedar en meros
informes para engrosar los archivos de los órganos controladores, si
los exalcaldes y su gente han cometido delitos en sus gestiones, la
justicia debe llamarlos para rendir cuentas.
Ahora que están concluyendo los
procesos de transferencia, es tiempo que los nuevos alcaldes cumplan
también aquello de que “no habrá borrón ni cuenta nueva”. (Publicado en Correo Puno 26/01/15)