martes, mayo 26, 2009

La cumbre indígena, el nuevo grito de rebelión


Por: Hugo Supo

Esta semana, la ciudad de Puno será sede de la IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas, para la que arribarán aproximadamente cinco mil visitantes de diferentes partes del mundo, según han manifestado los organizadores.

Se trata de líderes y representantes de organizaciones que embanderan el indigenismo como una naciente corriente política en esta parte del mundo, aunque para ser sinceros, el Perú está andando en pañales en este tema. Lerdo ha sido en estos años, el avance de instituir las variadas posiciones de los llamados originarios, sean éstos quechuas, aymaras o de cualquier otra nación.

La historia, sin embargo, nos dice que no es la primera vez que los indígenas han empezado a organizarse, muchos han sido los gritos de rebelión registrados en la historia. Cuando en el siglo XV se emprendió la conquista española, Manco Inca al mando de su ejército de resistencia fue la más importante traba para los intereses del imperio.

Luego, cuando José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru II) se sublevó en Tinta (siglo XVIII), la organización de los indígenas había dado muestras de avance, pero también han sido el foco de la satanización de los imperialistas, pues éstos empezaron una gran campaña de represión contra el indígena, sometiéndolo a crueldades.

Antes y después de la gesta de Tupac Amaru II hubo innumerables intentos de rebelión de los indígenas, pero todas han fracasado, lo que los ha dejado en la frustración de alcanzar su desarrollo y en el conformismo de ser solamente un aporte de cultura, turismo, quizás identidad, pero no de política.

Empero, en el nuevo siglo, (año 2000) una nueva posibilidad surgió en América Latina, cuando estas organizaciones derrocaron al presidente ecuatoriano Jamil Mahuad y llevaron a la presidencia a Lucio Gutiérrez en el 2002.

Y un año después, en Bolivia, organizaciones lideradas por Felipe Quispe o Evo Morales acabaron con el gobierno de Gonzalo Sánchez Lozada, siendo la consolidación del indigenismo boliviano cuando sentaron en la presidencia a Evo Morales en el 2006.

Desde entonces, la corriente no ha tenido pare, muchas organizaciones han salido a la palestra y con bastante éxito para reclamar la autodeterminación de los pueblos. Quizás los más grandes logros de los indígenas son, precisamente en Bolivia y Ecuador, las recientes constituciones en las que se convierten a los estados uninacionales en plurinacionales.

Sin embargo, esos logros no son fruto de la casualidad, felizmente los indígenas hemos comprendido de la importancia de organizarse, de protestar, pero también de plantear propuestas.

De eso se trata la cumbre que empieza mañana en Puno, de que en primer lugar los indígenas se escuchen a ellos mismos, y luego que se hagan escuchar por los que hasta ahora no lo quieren hacer, poniendo en tapete argumentos sólidos de sus necesidades.

Y es que no son pocos los considerados indígenas, Ramón Máiz en su libro El Indigenismo Político en América Latina, cita que “en Bolivia el 70% de la población es indígena, en Guatemala 60%, en Ecuador un 40%, en México 12%, en Salvador 10%, en Honduras 4%, en Colombia 3%, en Nicaragua un 2%, en Venezuela 2%, Argentina 2% y en Perú un 40%. En total, en América Latina unos 40 millones de personas son indígenas (8%)”.

Ahora bien, estas cifras ponen en expectativa al Perú, pues si antes fueron Guatemala, Ecuador y Bolivia, en donde estas organizaciones entraron a la cancha política partidaria (poniendo y sacando presidentes, logrando constituciones más justas), ahora es aquí donde se muestran esperanzas de ello, sobre todo si damos cuenta que las elecciones municipales, regionales y presidenciales están a la vuelta de la esquina. Por eso bienvenida sea la cumbre.