viernes, diciembre 31, 2010

Deseos para el año 2011

Te deseo primero que ames y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero enfrente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, aún sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte. (Víctor Hugo)

jueves, diciembre 02, 2010

Las 4 verdades que no te pude decir gordito

Por: Hugo Supo

La siguiente historia es protagonizada entre un paisano cachetoncito a quien le agrada que le llamen como a pandillero de telenovela venezolana (macuto) y este bloguero. Los hechos pasaron una noche de viernes, el 26 de noviembre para ser exactos, 10 de la noche debió marcar el reloj en alguna calle de Puno.

Resulta que el gordinfloncito empezó a hablar –pagado por el Gobierno Regional y al parecer por su líder político Juan Luque- en contra mía a través de su gracioso programa de Tv al que le llama “A la cama con Macuto”; lo hizo en varias oportunidades antes, cosa que permití, pues nunca le di importancia y supongo que en su miope mirada periodística yo era el centro de su atención.

Pensaba agradecerle en algún momento por la fama gratuita, pero esa noche me fastidió que hiciera el gesto – a modo de burla- de que yo me estaba corriendo de su “sintonizado espacio”, “¿Por qué no vienes al programa?, ¿Por qué no me invitas a la radio?”, dijo al aire este mozalbete.

Entonces recordé que hace unas tres semanas me lo encontré en la calle, en aquella ocasión le pedí personalmente que me invite para hablar de los temas que pone en agenda (compra de terrenos en Loromayo), me dijo que sí, pero el muy seboso no ha cumplido hasta la fecha.

Aquella noche del 26 de noviembre me enfurecí, dejé de hacer lo que debía y decidí alcanzarlo ante cámaras. Pero, los minutos habían pasado y no tuve más remedio que llamarlo a su teléfono celular y pedirle –otra vez- un espacio para dar mi versión y decirle sus cuatro verdades.

Increíblemente y actuando de la forma más vil que no puedo calificar de otra manera que cobarde, me negó conchudamente la posibilidad de hablar en su set y me dijo que después del 05 de diciembre (día de las elecciones) me dedicaría otro tiempo.

Al notar su miedo, le invité entonces para que venga al espacio radial que conduzco en las mañanas, pero tampoco quiso diciéndome que “él no era candidato”, o sea que yo si debo serlo y ni cuenta me he dado.

En fin, la historia la podrán comprender escuchando el audio siguiente, en la que le reclamo (muy ofuscado al final) por su maricona actitud. Amenacé con ir a su programa el siguiente lunes, cumplí con eso, pero ahora el muy gallina apagó el programa en señal abierta y solamente transmite para sus cuatro gatos vía cable. Claro ahí sigue haciéndose el valiente periodista objetivo e investigador.

NOTA: Al final del audio, antes de que me corte la llamada, le dije: “te diré tus cuatro verdades”; y no me escuchó más, pero supongo que ahora lo leerás gordito, tus verdades son que eres: cobarde, mentiroso, mercenario y mantenido (esto último me invita a recordar cómo te colgaste del diario La Primera que yo impulsé y contacté para tu novia hace un par de años)