domingo, octubre 20, 2013

Juliaca en sus 87 años

Por: Hugo Supo

Ahora que la Ciudad de los Vientos cumple 87 años es necesario echarle una mirada al rumbo que ha tomado esta urbe, ya ubicada entre las más importantes del país, a dónde va y quiénes son los responsables de este andar.
Con más de 250 mil habitantes, Juliaca es el mayor centro económico de la región Puno y una de las más grandes zonas comerciales del Perú, eso lo tenemos claro y nos enorgullece, aunque siendo claros, también están las cosas malas: la delincuencia, el desorden comercial, el caos vehicular, las inundaciones de sus calles, por poner algunos ejemplos.
Juliaca es una suerte de ciudad paradoja, donde a uno puede sonreírle el progresismo económico y al mismo tiempo perseguirle el estrés de una ciudad invivible. Y así las cosas no pueden seguir, esta ciudad no debe continuar creciendo de la manera desordenada y monstruosa como lo ha hecho en las anteriores ocho décadas.
Quizás es por ello que en otras zonas, al juliaqueño se le conoce como el platurito del barrio, al nuevo rico, al cholo con billete, pero al mismo tiempo se le falta el respeto y discrimina por no vivir en un lugar al que pueda -dignamente- llamársela ciudad.
Como en todo, en esto pues hay responsables o para el caso corresponsables, es que ni autoridades ni los propios vecinos han superado sus miopías político-sociales y en su lugar han dejado que gane la envidia y la angurria, pecados capitales para ellos.
¿Qué le falta a esta ciudad?, ¿qué es lo que no han hecho esta autoridad y sus antecesores?, es fácil diagnosticarlo: reordenamiento del comercio, principio de autoridad para implementar un Plan Regulador de Rutas en el transporte público, una planta de tratamiento de aguas servidas, un sistema eficiente para el tratamiento de residuos sólidos, el añorado sistema de drenaje y, seguridad. Eso sería más que suficiente por ahora.
Los moradores de a pie tienen una cuota de responsabilidad, son muchas veces ellos los que impiden asentar una verdadera urbe a la altura de lo que se merecen; pero creemos que son sus alcaldes -de fino cálculo político- quienes deben ir al paredón de la amnesia electoral.
Entonces, que el alcalde David Mamani Paricahua no venga en este aniversario con la misma receta, entre victimización y auto egolatría; poco se quiere saber de parques, escuelitas y los ya famosos accesos viales; todo eso señor alcalde no cambiará el rumbo.
Quien quiera pasar a la historia de Juliaca, y por inercia a la de Puno y el Perú, no deberá conformarse con construir callecitas y comprar camaritas de vídeo vigilancia, eso hay que dejarlo para aquellos que han de acomodarse en la frágil memoria colectiva de un pueblo que requiere de más, de mucho más de lo que hoy se hace desde el municipio provincial de San Román.
El punto de quiebre, que este alcalde no tiene ganas ni capacidad para hacer, es empezar a ordenar la casa. Juliaca merece ser la ciudad comercial e industrial ejemplo del país, ordenada, limpia y visitable. 
Que Mamani pise tierra en este cumpleaños, los parches que ha puesto por aquí y por allá no lo comparan a lo que Cáceres hizo en Arequipa o Andrade en el centro de Lima. Que Mamani deje de soñar con la presidencia regional, pues si con Juliaca no ha podido, menos lo hará con retos mayores. Es mejor que no decepcione “Profe”.  (Publicado en Correo Puno 21/10/13)