domingo, diciembre 15, 2013

Cálculo político

Por: Hugo Supo

Un sonriente Mauricio Rodríguez, presidente regional de Puno, irrumpió la tarde del sábado en la reunión de los presidentes de conjuntos pertenecientes a la Federación Regional de Folklore y Cultura (FRFC). El motivo era mostrar la resolución gerencial que da luz verde al inicio de una obra complementaria en el asfaltado de la avenida Simón Bolívar, aquella que permitirá retirar la berma central para convertirla en una gran vía por donde los miles de danzarines de la Festividad de la Virgen de la Candelaria pasarían desde febrero próximo.
El monto del proyecto para quitar la berma asciende a más de 2.5 millones de nuevos soles, sumados estos a los anteriores 8 millones, no se trata precisamente de una obra a precio ganga.
La avenida Simón Bolívar se inició en octubre del 2012 y tenía como plazo de ejecución 330 días, incluso el mismo Rodríguez ordenó al ingeniero residente acelerar los trabajos para entregar el proyecto en seis meses. Ha pasado más de un año y nadie le hizo caso.
La última decisión del Gobierno Regional nos grafica la improvisación con la que se está trabajando, se siente también el tufillo político y las ansias por figurar para la campaña electoral del 2014.
Ciertamente, se requiere ordenar los pasacalles que se hacen por la Festividad de la Virgen de la Candelaria, ¿pero acaso no se sabía eso cuando se trabajó el proyecto inicial? No, no lo pensaron. Los planificadores de esta institución responden al cálculo político de Rodríguez y del aspirante a alcalde provincial de Puno Javier Ponce Roque, actual presidente de la FRFC.
Es tal la improvisación que resulta justificada la protesta de los vecinos que se oponen a la tala de los más de 100 arbolitos en la zona. ¿Era tan difícil incluir en este proyecto un plan de mitigación para reponer las plantas? No, no es difícil, pero el proyecto político AQUI no está pensando en ello, ellos quieren la reelección de Rodríguez y reafirmar un trato electoral con Javier Ponce.
Por otro lado, lo que este columnista sabe a priori es que -en caso de terminarse la obra Simón Bolívar- la parada de veneración a la Virgen Candelaria empezaría a la altura de Chanu Chanu y concluiría en el cruce con el jirón Carabaya, los jueces calificarían hasta allí. No se sabe si la imagen de la virgen será llevada hasta esa parte.
Pongamos el caso de que la iglesia se oponga a la salida de la imagen, entonces los danzarines querrán llegar hasta el santuario del parque Pino, solo que a diferencia de antes lo harían sin control alguno, sin jueces ni calificación que los regule. Será un caos.
Los organizadores de la fiesta deben pensar mejor estas cuestiones, los cálculos deben ser fríos y no obedecer a la calentura coyuntural, no vaya a ser que el tiro les salga por la culata. (Publicado en Correo Puno 16/12/13)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si bien es cierto los árboles son el pulmón de la humanidad, pero que sin embargo solo reclamamos cuando hay algún atentado contra los mismos, somos hipócritas al hacerlo ya que ni siquiera podemos regarlos y darles un cuidado coherente, a diario vemos en esta avenida que muchos de estos árboles están llenos de desmonte y rodeado de basura que los mismos vecinos depositan y que ahora dicen ser los defensores, sin embargo no hacen nada por cuidarlos y dejan que mueran, la berma de toda la avenida Simón Bolívar siempre estuvo descuidada y solamente aloja basura y desmonte en medio de los árboles, esta berma sirve también de estacionamiento en ambos sentidos los mecánicos regados por la avenida son los principales opositores porque utilizan esta de estacionamiento para realizar sus trabajitos y también a las vendedoras de combustible de contrabando.
Estoy de acuerdo con que se retire esta berma y el retiro de estos árboles de esta avenida y debo decir también que por esta medida se debe reforestar en otro lugar en remplazo de los mismos. La fiesta de la candelaria necesita ya una avenida amplia y cómoda para los danzarines no unos recotecos llenos de congestión, hay que tener un poco de visión y no solamente conformarnos con lo que hay.