miércoles, septiembre 09, 2020

Democracia representativa


Por: Hugo Supo 

La reforma política debería empezar por corregir el fracaso de la democracia representativa en este país. Es básico y esencial para empezar a solucionar los grandes problemas que arrastramos desde la génesis de la República.

Sí. La democracia representativa es un fracaso, pues, ha sido distorsionada para dar lugar a la “partidocracia” o, en el peor de los casos, al lobby de la corrupción.

Abraham Lincoln definió la democracia en 1863 así: “es el sistema de gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, lo que, obviamente, está lejos de la realidad peruana.

El sistema político está diseñado para reducir la participación del pueblo al voto en el día de las elecciones, nada más.

No hay mandado vinculante para que la voluntad de ese pueblo sea imperativa a sus representantes. Y allí empieza la pérdida de legitimidad de todas las decisiones que se dan en nombre del electorado.

Vamos a suscribir lo dicho por el expresidente del TC, César Landa, para graficar esta situación.

“Las autoridades elegidas pasan a ser representantes de la nación, como ficción jurídica, y no de la voluntad de sus electores. Sus acciones quedan supeditadas a su ética, a su interés político-electoral y al mandato constitucional y normas que lo desarrollan. La democracia representativa, como modelo jurídico-político, quiebra la ideal dependencia del representante para con los ciudadanos”.

Podemos tener la mejor calidad de electores, pero si el sistema está diseñado para imponer la voluntad de los dueños de partidos políticos, toda nueva norma o política pública que se genere irá al despeñadero. 

En el caso de los congresistas debería ser simple. Tienen derecho a una curul las personas más votadas del distrito electoral sin condiciones partidarias ni vallas. (Correo Puno Juliaca 10/09/2020 Foto: Difusión)


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