Por: Hugo Supo
La presente idea es reiterativa. Ocurre
que ya no es posible considerar que este departamento tenga como
potencial la ganadería de antaño, la agricultura orgánica que
soñamos o la minería aurífera que se practica en los Andes, puesto
que el tiempo y el avance mundial de las cosas han demostrado que la
senda es distinta.
Es el agua, damas y caballeros, es ese
recurso que nace entre nuestras cumbres -prácticamente para todas
las vertientes del continente- el que hace de Puno tan estratégico
para el país y para los puneños mismos.
Los recientes conflictos por el agua en
el sur, deberían marcar el rumbo de las gestiones entre las actuales
autoridades regionales y locales; no para oponerse a trasvases o
represamientos, sino para el máximo aprovechamiento en beneficio de
la población.
El gobierno regional presidido por
Mauricio Rodríguez identificó en su momento un potencial de 60
represas en territorio altiplánico. ¿Por qué no se toman en cuenta
esos estudios señor gobernador Juan Luque?, ¿cómo podemos
desarrollar otros sectores si no garantizamos el principal recurso
para los años venideros?
Aunque no solo se trata de construir,
sino de lograr una correcta administración del recurso hídrico, de
manera que se logre abastecer sistemas de riego y agua potable para
la ciudad y el campo.
Es una vergüenza que el Altiplano se
inunde en tiempo de lluvias y haya sequías durante el estiaje,
simplemente por falta de visión entre los líderes.
Es innegable que el agua es el
principal recurso en esta parte del país, no solo por el Titicaca
que rodean nuestras poblaciones, sino por la posibilidad de un futuro
trasvase de los excedentes en la selva puneña (Sandia y Carabaya),
ambicioso sueño que nos catapultaría como una verdadera cuna del
agua dulce en América Latina.
Esta idea es reiterativa. Claro que sí.
Vale la pena que lo sea. En opinión de este cronista no debería
dejar de serlo, al menos entre altiplánicos. (Correo Puno-Juliaca
22/09/16 Foto: Difusión)
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