Por: Hugo Supo
Dicen los aúlicos del sistema
hegemónico que las cosas tenemos que definirlas entre izquierdas y
derechas. En las últimas cuatro elecciones han arrastrado al pueblo
peruano a votar por el “mal menor” y con ello le han hecho juego
al modelo del que tanto reniegan.
Se identifican como izquierdas,
progresistas, comunistas y similares, pero nunca se atreven a
confesar que también son parte de ese pensamiento exógeno llegado a
partir de la modernidad eurocentrista.
Son estas cosas las que están mal en
la sociedad, son estos asuntos por los que tenemos tanta traición en
el quehacer político.
Las mejores muestras son los gobiernos
peruanos a partir de Alberto Fujimori, hoy todos cuestionados y, algunos en la cárcel, acusados por actos de corrupción.
Fallan las evaluaciones, cuando se
considera que la derecha peruana es la única culpable de las
desgracias actuales, sin mirar la viga en el ojo zurdo.
A propósito del 28 de julio y de lo
poco que resta para el Bicentenario de fundación del modelo
republicano, los peruanos debemos tener conciencia de que la
responsabilidad de esta realidad no solamente recae en el
neoliberalismo, sino, en igual medida, en quienes conviven con
aparentes cuestionamientos solo para tiempos electorales.
Han pasado casi 200 años de la
República y no hemos podido solucionar los grandes problemas de la
nación, ni siquiera podemos hablar de nación, cuando de proyectos
grandes se trata.
He allí la razón y urgencia de
repensar el país, con una estructura andina, observada desde del
interior y no, necesariamente, desde el centro limeño.
Que no nos engañen las izquierdas y
derechas, cuando nos hablan de programas e ideologías que pretenden
solucionar problemas muy nuestros.
En el Ande, existen modos y medios de
producción para mejorar las condiciones de vida de todos los
peruanos. Es un camino inexorable en la búsqueda de nueva nación
peruana. (Correo Puno Juliaca 27/07/17 Foto: Difusión)
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